Juan 4: 6-10 NBV “6Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. 7–8Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso, llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dijo: —Dame un poco de agua. 9Pero como los judíos no se llevaban bien con los samaritanos, la mujer le respondió: — ¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana? 10Jesús le contestó: —Si supieras lo que Dios puede darte y quién es el que te está pidiendo agua, serías tú la que le pediría agua a él y él te daría agua que da vida”.
Esta historia nos habla de un encuentro que tuvo Jesús con una mujer Samaritana. Jesús había salido de Jerusalén hacia Galilea y aunque había tres caminos para ir de un lugar a otro, la Biblia dice en el verso 4que a Jesús le era necesariopasar por Samaria. ¿Por qué Jesús tenía que pasar por Samaria? Jesús no tenía ningún amigo que visitar, Él no iba de turismo a Samaria… Jesús fue a Samaria porque sabía que una mujer necesitaba urgentemente escuchar, conocer y ser restaurada por Dios. Jesús sabía que había una mujer en Samaria que necesitaba tener un encuentro con Él. Quizá hoy también tengas una necesidad y déjame decirte que Jesús quiere encontrarse contigo porque te ama y quiere suplir tu necesidad.
La Samaritana fue al pozo a sacar agua en su cántaro porque quería saciar su sed física. Todos, como humanos, necesitamos el agua para vivir… Es más, el ser humano no puede pasar tres días sin tomar agua. Pero así, como todos nosotros como humanos tenemos una sed física, también tenemos una sed espiritual. Constantemente, el ser humano está buscando respuestas a su vida y tratando de llenar los vacíos que hay en su corazón. Tratamos de llenar los vacíos con cosas materiales, con amigos, con un trabajo pero nada de eso puede llenar realmente tu corazón. Blaise Pascal decía: “En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús”.
Querido amigo, las cosas materiales vienen y van, las personas te pueden fallar, un trabajo lo puedes perder pero existe uno que nunca te va a dejar, nunca te va a fallar y su nombre es Jesús. Él te está buscando… Déjate encontrar por Él.
¿Qué representa…?
El pozo:Representa esa fuente con la cual estamos tratando de saciar nuestra sed espiritual y emocional pero todo pozo tiene fondo y por más profundo que sea el pozo, en algún momento se toca fondo y por más que se trate… ya no habrá más agua que sacar.
El cántaro:Representa nuestras vidas, que muchas veces puede estar vacía o la estamos tratando de llenar con cosas que finalmente nunca nos van a llenar.
Esta mujer al parecer no tenía ninguna necesidad pero había llenado su cántaro de muchas cosas que le traían dolor, tristeza y frustración. El pozo de Jacob era el pozo más alejado de la ciudad, quedaba a las afueras de la ciudad y muy pocas mujeres iban hasta ese pozo a sacar agua. Las mujeres iban a sacar agua muy temprano en la mañana para que el agua les sirviera para cocinar, lavar y hacer todas las labores domésticas pero esta mujer fue al medio día.
La Samaritana no quería encontrase con ninguna mujer de la ciudad, seguramente no tenía muy buena reputación, quizá tenía un pasado oscuro que quería esconder y de repente las demás mujeres la repudiaban y la humillaban por eso. La Samaritana tenía elcántaro lleno de culpabilidad. Tenía en el fondo de su corazón heridas muy grandes y dolorosas, sentía que no era digna y por eso, sentía esa necesidad de esconderse. Puedes estar herido por tu pasado pero Jesús te ama tal como eres y quiere borrar tu pasado y darte una nueva oportunidad. El pasado es un capítulo terminado y es el inicio de un nuevo comienzo. ¡Deshazte de toda culpabilidad y encuéntrate con Jesús!
Los samaritanos no eran una raza pura sino que eran una raza mixta de judíos que se habían emparentado con otros pueblos. Por esta razón, los judíos que sí eran una raza pura menospreciaban a los samaritanos, los rechazaban y trataban de no juntarse con ellos. La mujer le dice a Jesús: ¿Cómo se te ocurre pedirme agua? Imagino a Jesús mirándola con amor y diciendo: “Yo no te rechazo, Yo te acepto”.
No importa tu raza ni tu color, las manchas de tu pecado a Jesús no le importa tu posición o tu dinero, a Jesús ni siquiera le importa tu pasado, Él solo quiere acercarse a ti porque te ama y quiere sanar tu corazón. Muchos pudieron hacerte sentir que no vales y que no eres importante pero se equivocan pues vales la sangre de Jesús y para Dios eres muy especial.
Juan 4:11-12 NBV “11La mujer le dijo: —Señor, ni siquiera tienes con qué sacar el agua y el pozo es muy hondo. ¿Cómo me vas a dar agua que da vida? 12Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo y de aquí bebía agua él, sus hijos y su ganado. ¿Acaso eres tú superior a Jacob?”.
La mujer le pregunta con razón a Jesús cómo haría para poder darle agua del pozo si Jesús no traía ni cántaro ni soga. ¿Cómo pues le daría Agua Viva? Para encontrarnos con Jesús, debemos también encontrarnos con la fe. Muchas veces queremos resultados inmediatos, instantáneos y si no los vemos nos desanimamos, perdemos la esperanza y la fe. Esas son preguntas samaritanas: ¿Cómo voy a conseguir un trabajo en medio de la crisis? ¿Cómo voy a quedar embarazada si dicen que soy estéril? ¿Cómo va hacer Dios para restaurar mi matrimonio si mi esposo ya se fue con otra? ¿De dónde Señor? ¿Cómo lo vas a hacer?
Jesús es la fuente y tiene poder para suplir todas nuestras necesidades, deja de preguntarle cómo lo va a hacer. Cree solamente. Si Él dijo, lo hará. Solo recuerda que tus palabras y tus preguntas reflejan lo que crees que sucederá en tu futuro.
Juan 4:13-18 NBV “13Jesús respondió: —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed, 14pero el que beba del agua que yo le dé, no volverá a tener sed jamás, porque dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna. 15La mujer le dijo: —Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir aquí a sacarla. 16Jesús le dijo: —Ve a llamar a tu esposo y regresa acá. 17La mujer respondió: —No tengo esposo. Jesús le dijo: —Has dicho la verdad en cuanto a que no tienes esposo, 18porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu esposo”.
La Samaritana vivía en adulterio y ninguno de sus cinco maridos la había hecho feliz. La Biblia nos enseña que el corazón de las personas se endurece con el pecado y esto los hace rechazar a Jesús. Si queremos encontrarnos con Jesús, debemos dejar atrás el pecado. La samaritana se sintió confrontada y nosotros debemos entender que frente a Dios, no podemos esconder nuestro pecado y si queremos que Él realmente nos cambie, debemos dejar ese pozo de pecado en el que estamos viviendo para poder seguirle de cerca. Pueden ser los vicios, las relaciones prematrimoniales como el adulterio o la fornicación… Dios no quiso que la mujer se sintiera culpable por su pecado, todo lo contrario… Él la quería perdonar y hacer libre de su pecado. Cada vez que te sientes confrontado es una invitación de Dios a arrepentirte y a encontrarte con Él.
¿Qué tienes que dejar hoy para encontrarte con tu verdadero amor?
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