“Nuestro Dios es como un castillo que nos brinda protección. Dios siempre nos ayuda cuando estamos en problemas. 2-3 Aunque tiemble la tierra y se hundan las montañas hasta el fondo del mar; aunque se levanten grandes olas y sacudan los cerros con violencia, ¡no tendremos miedo! 4 Un río alegra a los que viven en la ciudad de Dios; sus arroyos llenan de alegría el templo del Dios altísimo. 5 La ciudad de Dios jamás caerá porque Dios habita en ella; Dios mismo vendrá en su ayuda al comenzar el día. 6 Cuando Dios deja oír su voz, se asustan las naciones, se tambalean los reinos y se estremece la tierra. 7 Con nosotros está el Dios del universo; él es Dios de nuestro pueblo, ¡él es nuestro refugio! 8 ¡Vengan, vengan a ver las grandes maravillas que Dios ha hecho en toda la tierra! 9 Hasta en los lugares más lejanos les puso fin a las guerras; destrozó arcos y lanzas, y echó al fuego los escudos. 10 Y dijo: «¡Todas las naciones del mundo reconocen mi grandeza! ¡Reconózcanme como su Dios y ya no se peleen!» 11 Con nosotros está el Dios del universo; él es Dios de nuestro pueblo, ¡él es nuestro refugio! Salmo 46:1 -11 TLA
Hay problemas, vivimos por circunstancias difíciles. Según el diccionario refugio es “lugar apropiado para acoger o amparar a alguien, sirviéndole de resguardo y asilo”. La palabra “amparo” enfatiza más “Su protección”; mientras que la palabra “fortaleza” nos habla de la fuerza interior que Dios nos da para enfrentar las diversas tragedias que se nos presentan, dando esto como resultado final “la confianza plena en Dios”.
Dios es como un castillo, en Él estamos seguros. Un poder invisible te da fortaleza cuando te sientes débil. Tenemos la gracia de Dios, la ayuda de Dios, la protección de Dios, el consuelo de Dios y su constante presencia.
Ciertamente vemos que Dios es el amparo que siempre está cerca y presente, esa protección divina que está disponible en todo tiempo. Él es Todopoderoso, y ante el reconocimiento de Dios como nuestro refugio “no temeremos”; aunque en estos últimos tiempos estemos mirando como hay pandemias, terremotos, tornados, ciclones, etc., en fin situaciones que solamente están bajo el control de Dios, por lo tanto no debemos temer, si Dios está con nosotros.
Dale las gracias a Dios por ser tu divina protección, y por ser un refugio para nosotros. Me encanta esta parte que dice Dios mismo vendrá en tu ayuda al comenzar el día. A veces pensamos andamos desprotegidos, o que Dios envía sus ángeles para acompañarnos, que no somos tan importantes para que Él mismo nos cuide. ¡Nos equivocamos! Como dice la canción “amor sin condición” No hay sombra que no alumbres, monte que no escales para encontrarme a mi, no hay pared que no derrumbes, mentira que no rompas, para encontrarme a mi…
Estar con Dios provee un escondite para librarnos del mal, un búnker de seguridad. El confiar en la protección de Dios te vuelve más fuerte.
Cuando piensas que estás sola o solo: Dios te recuerda que Él está ahí como tu refugio, como tu protección.
Aún cuando se turben las aguas, Tu Dios está contigo y te ayudará en cada mañana, en cada tarde y en cada noche.
El Dios que está ahí lo sintieron Adán y Eva mientras estaban en el huerto.
El Dios que está ahí es el que caminó con Enoc por 365 años.
Él es nuestro refugio, nuestra dirección segura. Yo estoy contigo continuamente de modo que no tienes por qué dejarte intimidar por el miedo. Aunque te acechen los problemas no pueden causarte daño mientras estés tomado de mi mano.
Cuando tienes esta revelación en tu vida, nunca más te sentirás sólo ni desamparado porque sabes que sabes… que Dios está ahí.
Él te escucha, convierte cada una de tus preocupaciones en oraciones.
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