“Dios mío, ¡yo estoy muy orgulloso de ti! ¡Todo el tiempo te bendeciré! ¡Mis labios siempre te alabarán! Ustedes, los humildes, ¡oigan esto y alégrense conmigo!” Salmos 34:1-2 TLA
Cuando nos va bien, cuando nos va mal, en todo tiempo y en todo lugar… bendice a Dios.
Cuando pensamos en lo que significa ser bendecidos, la mayor parte del tiempo pensamos en las cosas buenas que nos han sucedido. Posiblemente que aún permanecemos trabajando, o que tenemos un techo donde dormir. O quizá que vencimos una enfermedad y fuimos bendecidos con el retorno a la buena salud. Las bendiciones y los buenos tiempos van de la mano. Es fácil celebrar y tener una actitud cuando las cosas nos están saliendo bien.
¿Pero y cuándo pasamos por temporadas difíciles? ¿Cuándo somos despedidos? ¿Cuándo termina una relación de años? ¿Dónde están las bendiciones cuando pasamos por cosas que no entendemos? Luego de tantos días de estar en casa es fácil desanimarse, renunciar a nuestros sueños y pensar que es el fin.
Dios usa las temporadas difíciles como parte de su plan. Es en estos tiempos donde uno realmente crece. Es allí donde tu carácter se desarrolla, donde aprendes a confiar en Dios y a perseverar, y donde tus músculos espirituales se… Clic para tuitearCuando pasamos por temporadas difíciles es cuando más oramos, cuando más nos acercamos a Dios, es un tiempo para callarse y escuchar lo que Dios está diciendo. Es allí donde se muestra quienes somos realmente, son las temporadas difíciles que sacaron lo mejor de mi. Fueron las noches solitarias, las veces que pensé que no lo lograría, los momentos en los que bloquee horrible, los que desarrollaron una confianza fuerte en Dios. Aprendí a no quejarme de los malos tiempos sino a bendecir a Dios por todo.
Cuando José fue acusado falsamente y puesto en prisión durante 13 años, la Biblia dice que “afligieron sus pies con grillos; en hierro fue puesta su alma”. En esa prisión José desarrolló fuerza, una perseverancia que no podría haber obtenido de ninguna otra manera. Hay algunas lecciones que solamente se pueden aprender en las temporadas difíciles.
Deja de quejarte por lo que estás pasando, de lo injustas que son las cosas, de quién te ofendió. Quizá sea incómodo, probablemente no te guste, pero está cooperando para tu bien. ¡Bendice a Dios todo el tiempo! Estás desarrollando algo ti que solo se puede obtener cuando los tiempos son malos y no mejoran.
Tu actitud debe ser: “Dios, sé que estás conmigo justo ahora, no me voy a amargar, no me voy a quejar, no me haré la víctima, quizá no te veo ahora, pero creo que estás obrando a mi favor. Me estoy volviendo más fuerte. Estoy desarrollando paciencia y perseverancia, estoy aprendiendo a confiar en ti.
Piensa en esto por un momento: Si Dios no fuera a usar esto para tu bien, no lo habría permitido. Quizá no lo entiendas, podría no tener sentido, pero Dios saber lo que está haciendo. Es sólo una temporada no es algo permanente, es temporal.
¡Te asombrará el impacto que tiene tu persistencia!
¡Bendice a Dios todo el tiempo!
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