Hay veces que nos levantamos sin ganas de nada…, ni de orar, ni de leer la Biblia ni de hacer nada. Estoy cansado de esta situación. Pero una vez que desarrollas el hábito y ves el beneficio de cómo se te sientes refrescado y restaurado, de cómo tomas mejores decisiones y cuentas con el favor de Dios, pensarás: No puedo darme el lujo de no hacerlo.
Es en esos momentos cuando recuerdo el Salmo 34.
v.1-10 “Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía! Los que a él acuden se llenan de alegría y jamás pasan vergüenzas. Yo, que nada valgo, llamé a Dios, y él me oyó, y me salvó de todas mis angustias. Dios envía a su ángel para que salve del peligro a todos los que lo honran. Dios bendice a los que en él confían. Ustedes, pueblo de Dios, vengan y prueben su bondad; verán que a quienes lo adoran nunca les falta nada. Los ricos pasarán hambre, pero a los que confían en Dios nunca les faltará nada bueno.”
La mayor clave para vivir una vida llena de las bendiciones y el favor de Dios es mantener a Dios en el primer lugar de tu vida. Cuando pones a Dios en el primer lugar, y haces de Él tu más alta prioridad, puedes vivir una vida bendecida y plena. Reordena tus prioridades para que puedas pasar tiempo conversando con Dios.
Así como alimentamos nuestro cuerpo físico 3 veces al día, bueno algunos más veces, con qué tanta frecuencia alimentamos nuestro espíritu ¿sólo una vez a la semana que vas a la iglesia? Nos preguntamos por qué nos sentimos agotados, sin entusiasmo y nos falta sabiduría, creatividad. Es que no estamos tomando el tiempo de volvernos a llenar.
Dios siempre recompensa a las personas que lo buscan con sinceridad. Nunca les falta nada dice el verso 10. Dios tiene una recompensa que ya ha sido depositada. Solo está esperando ser liberada. Me recuerda tanto Mateo 6:33 TLA “Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.”
Es casi lo mismo, busca a Dios, adora a Dios, confía en Dios. Ojo no busques la bendición; busca al que bendice. No seas consumido por las cosas. No vayas tras el dinero, la fama, o la fortuna, ve en pos de Dios. Busca al que bendice, más que la bendición en si misma. Él promete que todas las cosas te serán añadidas, te dará en su tiempo todo lo que necesitas. No unas pocas cosas; todas las cosas. Dios es un Dios de abundancia.
Cuando mantienes a Dios en el primer lugar, no serás capaz de contener todas las cosas buenas que Él traerá a tu camino. En lugar de perseguir las bendiciones, las bendiciones te perseguirán a ti.
v.16-17 “Dios escucha a los suyos y los libra de su angustia. Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza.”
Mike Ilitch fue un gran jugador de pelota en la escuela superior y soñó jugar para los Tigres de Detroit, se le ofreció un contrato de cuatro años para jugar en las ligas menores del equipo en 1952. Estaba emocionado, trabajó duro y siguió mejorando y mejorando, pero después de tres años, una grave lesión de rodilla lo forzó a dejar de jugar. Estaba bastante decepcionado. Todo por lo que había trabajado duro de pronto llegó a su fin. Comenzó a hacer pizzas en el restaurante de un amigo y se hizo tan bueno que inició su propio restaurante de pizzas. A la gente le gustaba su pizza y su restaurante, Little Caesars, fue tan exitosos que abrió otro y otro y otro. Si, esa lesión en la rodilla fue una decepción, pero no fue el fin. Fue el medio de transportación; lo llevó a destino.
v.19-20 “Los que son de Dios podrán tener muchos problemas, pero él los ayuda a vencerlos. Dios cuida de ellos y no sufrirán daño alguno.”
Nosotros no crecemos en los buenos tiempos, crecemos en los tiempos difíciles, esos problemas son lo que sacan el oro de nuestras vidas. Los problemas nos preparan para el próximo nivel. Es en los tiempos difíciles donde uno ejercita sus músculos espirituales, ganamos fuerza, ganamos resistencia y sabiduría.
Cada desafío por el que estás atravesando ha depositado algo en ti. A través de cada relación que no ha funcionado, a través de esos tiempos cuando alguien te hizo daño, tu ganaste experiencia, que te ayudará en el futuro. Entonces las veces que fracasaste en algo o cometiste una equivocación, no fueron perjudiciales, sino cambiaste de perspectiva, aprendiste la lección.
Mantén a Dios en el primer lugar en tu vida, confía en Él, y Él obrará en tu vida, tu te sentirás seguro, confiado, bendecido, aprendiendo, esperando, soltando lo que te impide avanzar, resistiendo, esforzándote.
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