Salmo 35: 1-2 TLA “Dios mío, ataca a los que me atacan, combate a los que me combaten. Prepárate para la lucha y ven en mi ayuda. ¡Preséntales batalla a los que me persiguen! ¡Prométeme que me salvarás!”
Alguna vez has visto un par de dizque amigas conversar y sabes que están tramando algo, que están hablando mal de ti o de tu familia. Así sucedía con David en este salmo, su oración es una apertura de corazón con Dios. Este último versículo me relaja porque entiendo que de Dios es la pelea, que Él es nuestro vengador, que Él escucha lo que dicen acerca de nosotros y dará su pago a quienes lo dicen. Ni tú ni yo somos justicieros de nadie, Dios es el Dios de las venganzas. Me encanta pensar que Dios es mi Revenger, que Él se pone en contra de los que se nos oponen, que sus ángeles están persiguiendo a nuestros angustiadores. Algo que debemos entender es que David en este salmo en ninguna parte dice que él se vengará ni que tomará la justicia en sus manos, más bien entrega todo en manos de Dios. ¿Existen momentos en los que sientes impotencia porque no puedes hacer nada en contra de los te hacen mal? ¿Quieres que te cuente un secreto? Cuando dejas todo en las manos de Dios, Él se encarga de darle a cada uno su merecido.
“Yo me quedaré muy contento con que tú me libres de ellos” Salmo 35: 9 TLA
Lo mejor que podemos hacer contra aquellos que se nos oponen es ser felices. Por ello, confiemos en Dios y estemos felices que Él está de nuestro lado, felices que nada de lo que hagan otros apagará la alegría que tenemos por dentro. El Ángel de Dios los perseguirá, no te vengues con tus propias manos, deja que la justicia de Dios sea la que te defienda. No te voy a negar que en algún momento desee que les vaya mal a los que me traicionaron, me rechazaron o fueron injustos conmigo, pero me calmé cuando supe que Dios no es indiferente a nada de lo que me pasa, y que vio mis lágrimas cuando me dañaron, mi soledad cuando me abandonaron, mi frustración cuando me manipularon. ¡Él sabe! Nada se escapa del radar de Dios.
“Pero cuando me vieron caído, esos testigos lo festejaron. Como si fueran unos extraños a los que yo no conociera, se pusieron en mi contra y hablaron mal de mí; ¡sus ojos reflejaban odio! Salmo 35: 15 TLA
¿Te ha pasado? ¡No entiendes cómo, pero te ganas enemigos gratis! Personas que ni conoces, ni te conocen, pero tienen un mal concepto de ti… Te calumnian, te difaman… A mí me ha sucedido muchas veces, gente ha dicho cosas de mí que no son ciertas, pero siempre la receta para ellos es el perdón: los perdonas, los conoces y sigues adelante. O se mal interpretó algo que dije, sin mala intención. Siempre habrá gente que hable o piense mal de ti pero la opinión de otros no es la opinión de Dios y esa es la que debe contar para nosotros.
¿Sabes qué hago yo? Le cuento a Dios como le contó David. Así que, Pídele a Dios que pelee tus batallas. Que te defienda. ¡Te sorprenderás de lo que ves en los próximos días! Clic para tuitear
“No dejes que me hagan burla mis terribles enemigos; no dejes que se burlen de mí, pues no tienen por qué odiarme. No hablan de vivir en paz, sino que inventan mentiras contra la gente tranquila. Sin pensarlo dos veces, dicen: Tú cometiste ese crimen;¡nosotros mismos lo vimos! Mi Señor y Dios, ¡tú me conoces mejor que ellos! ¡No te alejes de mí, ni te niegues a escucharme! ¡Despierta y defiéndeme! ¡Levántate y hazme justicia!” Salmo 35: 19-23 TLA
Los malvados se vuelven medio caníbales, nos comen vivos con sus palabras, pero la justicia de Dios nunca duerme, nunca se cansa. A veces nosotros pensamos que tarda, pero Dios siempre llega a tiempo. Dile: Dios mío, toma mi caso. ¡En ti confío! Cuando tengo ganas de tomar la justicia por mis propias manos recuerdo que Dios es mi Revenger, Él es mi vengador, Él es mi justicia.
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