¡Qué importante es decirle a Dios que lo amamos y poder decírselo a diario! Las personas comunes y corrientes no oran, simplemente mendigan. Así que ora, no mendigues. Cuando oramos, nos unimos al poder inagotable de Dios que nos motiva. “Desear con todas tus fuerzas al universo” nunca va a ser el sustituto para la oración. Clic para tuitear
El escritor del Salmo 84 anhelaba encontrarse con Dios más que cualquier cosa en su agenda. No hay nada más que toque el corazón de nuestro Dios que escucharnos demostrándole su amor y demostrándole que Él es nuestra prioridad. Clic para tuitear
Un día que es cercado en oración, es menos propenso a que se desmorone.
El salmista no buscaba a Dios por obligación o por costumbre ni siquiera por necesidad sino porque amaba pasar tiempo con Él. Tu familia va a cambiar, tus finanzas… Todo va a cambiar cuando busques a Dios como tu primer recurso, y no como él último.
Salmo 84:5 TLA “¡Qué felices son los que de ti reciben fuerzas, y de todo corazón desean venir hasta tu templo!”
Para el salmista no había cosa más importante, no había algo más hermoso, no había nada más especial que la presencia de Dios. Una vida fuera de la presencia de Dios no tiene sentido y cada día en Su presencia es algo especial y único. Clic para tuitear
La presencia de Dios hay que buscarla, el salmista determinó buscar a Dios todos los días de su vida. La Biblia dice que Dios se deja hallar por aquellos que le buscan y Jesús mismo dijo: “Busca y hallarás, toca y se te abrirá“. No podemos pretender tener Su presencia y cautivar Su corazón si no la buscamos con todo lo que somos, si nuestro amor por Él no es sincero y desinteresado.
Hay muchos que dicen que aman a Dios, pero no oran, más bien lo ignoran. ¿cómo podemos decir que amamos a alguien con el que no hablamos? Si tú amas a Dios, amas también pasar tiempo con Él, inviertes tiempo en tu relación porque es ahí donde te encuentras con Él, donde lo puedes lo puedes adorar, donde puedes rendir tu corazón y Él te puede abrazar, restaurar y levantar.
Los salmos nos muestran que David amaba profundamente la presencia de Dios y era allí donde encontraba algo más. David tuvo muchos enemigos durante toda su vida y muchos de estos fueron más grandes y poderosos que él, pero encontró en la presencia de Dios la protección para su vida.
v.9 “Dios y protector nuestro, muéstranos tu bondad, pues somos tu pueblo elegido.”
Fue tal la protección de Dios, que hizo que este hombre nunca conoció la derrota en su vida. No importaba el tamaño de sus enemigos pues siempre obtenía la victoria. No importa el tamaño de tu enemigo o de tu problema, no importa si un ejército se levanta contra ti, Dios lo aplastará porque Su presencia está contigo.
La presencia de Dios se convirtió en el refugio de David en los momentos de adversidad, de soledad y angustia.
Salmo 31: 20 TLA “Tu presencia los pone a salvo de los planes malvados; tú los proteges de la maldad como protege la gallina a sus pollitos.”
Cuando estás enamorado de Dios, sientes Su protección en todo momento. Sé que hay muchos que no pueden dormir por las deudas, la enfermedad, los problemas, pero los enamorados de Su presencia encontramos PAZ porque Dios es quien paga nuestras deudas, quien sana nuestras enfermedades y soluciona nuestros problemas.
La presencia de Dios, el saber que Él está allí nos pone a salvo. ¡Nos protege!
Salmo 3: 4-7 NBV “4Clamé al Señor a voz en cuello, y él me respondió desde su monte santo. 5Luego me acosté y dormí en paz, y desperté a salvo, porque el Señor velaba por mí. 6Y ahora, aunque diez mil adversarios me tengan cercado, no tengo miedo. 7¡Levántate, oh Señor! ¡Sálvame, Dios mío! ¡Rómpele la quijada a mi enemigo! ¡Rómpele los dientes a los malvados!”.
David clamó a Dios y luego se fue a dormir tranquilo porque sabía que su vida estaba en manos de Su Señor. Cuando uno sale de la presencia de Dios, sale con esa paz y aunque hay circunstancias difíciles podemos dormir tranquilos, seguros que Dios tiene todo bajo control. No hay mejor lugar que la presencia de Dios.
Lo mejor de nuestro día empieza en la presencia de Dios. Nunca es tiempo perdido el que se pasa conversando con Dios. Me encanta Martin Lutero cuando dijo “Tengo tanto que hacer hoy que voy a pasar las primeras tres horas en oración”
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