“Cumple tu promesa y dame ánimo, pues estoy muy decaído y el dolor me está matando. Yo te conté mi vida, y tú me respondiste. ¡Enséñame a cumplir tus mandatos y a pensar sólo en tus maravillas!” Salmos 119:25-28
Una de las luchas con las que estamos lidiando cada día es contra el desánimo. Nuestros sueños no siempre se cumplen según nuestro calendario. Atravesamos traiciones, desengaños y adversidades, y es fácil perder el entusiasmo, la felicidad y las ganas de vivir. En esos momentos agradezco a mi familia y amigos por siempre alentarme. Algo que he aprendido es que ellos por más que quieran no pueden mantenernos alentados. Nos dan un empujón; pueden ayudarnos de vez en cuando. Pero si realmente queremos vivir al máximo, ese aliento tiene que provenir del interior. Debemos aprender a alentarnos a nosotros mismos.
Esto es especialmente cuando los tiempos se ponen difíciles y las cosas no salen como queremos. En esos momentos, puede que no tengas ganas de perseguir tus sueños. Puede que tu mente te diga; No vale la pena. Nunca mejorará. Bien podrías conformarte donde estás.
En lo profundo de tu ser tiene que haber una determinación, una fortaleza interna que diga: Me niego a conformarme dónde estoy. Sé que Dios tiene un gran plan para mi vida, y sigo adelante para llegar a ser todo aquello para lo que Él me ha creado.
A veces, cuanto más necesitas aliento, aquellos con quienes cuentas para que te alienten no estarán ahí. Cuando aprendes a profundizar en tu interior y a alentarte a ti mismo, confiando en las promesas de Dios, hay una libertad verdadera. Clic para tuitear
Aliéntate a ti mismo, mira los logros y las victorias del pasado y saca inspiración de ellos. Permanece enfocado en pensamientos alentadores: pensamientos de esperanza y pensamientos de fe. Clic para tuitearCuando estés en momentos difíciles y te veas tentado a desalentarte, ya sea por un informe médico negativo, un problema de relaciones o por estar batallando en tus finanzas, no te quedes en lo negativo y repitas una y otra vez todas las razones por las que las cosas no se solucionarán y lo imposible de la situación. En lugar de eso, cambia de canal. Agarra el control remoto. Ese no es el único canal. Comienza a revivir en tu mente, todas las ocasiones en que Dios te ayudó, las veces en que Dios te protegió de esos accidentes, y las veces en que Dios te dio un ascenso aunque tú no eras la persona más calificada.
Fuiste defraudado cuando parecía que las puertas se te cerraron pero al mirar atrás ahora, sabes que las cosas obraron para bien. Cada uno de nosotros ha visto la mano de Dios obrar en nuestras vidas de distintas maneras. Cuando recuerdes las grandes cosas que Dios ha hecho, la fe llenará tu corazón; fortaleza y valentía saldrán de tu interior. Independientemente de lo que estés afrontando, independientemente de lo difícil que parezca, sabrás en lo profundo de tu ser: Dios no me trajo tan lejos para dejarme aquí. Si Él lo hizo en mi pasado, lo hará otra vez por mí en el futuro.
Deja de recordar lo que no funcionó, quien te ofendió, y lo injustas que fueron las cosas. ¡Cambia de canal en tu mente!. No puedes permanecer abatido y derrotado mientras estés pensando en la bondad de Dios.Piensa solamente en sus maravillas, en sus promesas y en los sueños que están por cumplirse.
Cuando te alientas a ti mismo, tu fe aumenta. Vale la pena luchar por cada promesa que Dios ha puesto en tu corazón, por cada sueños que Él ha plantado en tu interior. Clic para tuitear¿Cómo te auto alientas? Anota lo que te gusta de ti mismo, enumera tus fortalezas, enumera tus logros. Enumera las cosas buenas que has hecho por otros.
Cuando nadie te celebre, aprender a celebrarte a ti mismo. Mantenerte alentado es tarea tuya. Clic para tuitear
Leave A Reply