Salmo 121:1- 8 TLA
“Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda?
2 Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra.
3 Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme.
4 ¡Dios cuida de Israel, y nunca duerme!
5 Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado.
6 Durante el día, el sol no te quemará; durante la noche, no te dañará la luna.
7 Dios te protegerá y te pondrá a salvo de todos los peligros.
8 Dios te cuidará ahora y siempre por dondequiera que vayas.”
Cuando leas este salmo siéntete un hijo amado, bendecido, protegido, seguro y confiado en Dios.
Cuando pasamos por momentos difíciles ¿hacía dónde miramos? ¿quién nos ayuda? Es Dios. Nuestra ayuda viene de Él. Podemos estar seguros.
Dios nos da la seguridad necesaria para vivir en paz.
Cuando estábamos enfermos de niños y alguien se tenía que quedar a cuidarnos en las noches a veces era nuestra mamá a veces nuestro papá, dormíamos seguros porque sabíamos que alguien velaba por nosotros. Aún con lo cansados nuestros padres pueden haber pestañeado, ahora te imagina que Dios nunca duerme CUIDÁNDOTE.
Dios vela por nosotros, nada lo distrae, ni lo intimida. Así que, estamos a salvo. Lo cierto es que siempre necesitaremos el incansable cuidado de Dios en nuestras vidas. ¿De qué otro lugar podría venir nuestra ayuda? ¡Nadie más nos ayuda! Sólo Dios. Él es todo y sin Él no tenemos nada.
Dios enviará a sus ángeles para que nuestro pie no resbale. ¿Cuántas veces hemos estado a punto de caer, pero algo por dentro hemos sentido que nos ha fortalecido? Ese era Dios mismo, aquel que nunca duerme y el que siempre vela por nosotros.
A veces me siento desprotegida y escucho la voz de Dios que me dice que deje de hacer las cosas con mis propias fuerzas porque Él las puede hacer mucho mejor que yo. El cuidado de nosotros mismos está basado en el temor. Tenemos miedo a depender totalmente de Dios y no sabemos si Él nos responderá o no. Somos de los que tenemos un plan de respaldo, le decimos a Dios… “Tú tienes el control y si veo que demoras entonces comienzo yo a ayudarte, ¿ya?”. Deja el control de todo en las manos de Dios, Él te cuida, Él es tu sombra protectora, Él tiene un plan para ti y es mucho mejor que nuestro plan. ¡Confía porque no serás decepcionado!
Salmo 139: 5-8 TLA “Me tienes rodeado por completo; ¡estoy bajo tu control!
6 ¡Yo no alcanzo a comprender tu admirable conocimiento! ¡Queda fuera de mi alcance!
7 ¡Jamás podría yo alejarme de tu espíritu, o pretender huir de ti!
8 Si pudiera yo subir al cielo, allí te encontraría; si bajara a lo profundo de la tierra, también allí te encontraría.”
Los ojos de Dios están puestos sobre nosotros. Él nos mira en todo momento, sabe lo que hacemos y lo que deseamos hacer. La protección de Dios nos envuelve por completo. No podemos alejarnos de Él y esa es una excelente noticia.
Dios te protegerá de todo mal, cuidará de los tuyos, velará tu camino y su protección será para toda la vida.
Recuerda esta última parte de Salmos
Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado.
Dios te cuidará ahora y siempre por dondequiera que vayas.
Leave A Reply