“Cuando Dios nos hizo volver de Babilonia a Jerusalén, creíamos estar soñando. De los labios nos brotaban risas y cánticos alegres. Hasta decían las demás naciones: «Realmente es maravilloso lo que Dios ha hecho por ellos». ¡Lo que Dios hizo por nosotros fue realmente maravilloso, y nos llenó de alegría! Dios, devuélvenos el bienestar, como le devuelves al desierto sus arroyos. Las lágrimas que derramamos cuando sembramos la semilla se volverán cantos de alegría cuando cosechemos el trigo.” Salmos 126
No te pasa así como este Salmo que vives y parece que estuvieras soñando…
Me quedo con estas frases:
Brotaban las risas
Dios nos llenó de alegría
Cantos de alegría
Devuélvenos el bienestar.
Casi todos conocen al mundialmente famoso boxeador Muhammad Ali, y a su entrenador Angelo Dundee. Lo que la mayoría ignora es que justo antes de cada pelea, Dundee escribía una número en un papel y lo ponía dentro del guante de Ali. Lo que escribía Dundee era el número de round en el que predecía que Ali noquearía a su oponente. Dundee estaba tan seguro de la capacidad de Ali que no solamente adivinaba que Ali ganaría, sino el momento en que lo haría y Ali lo sabía. Me encanta esta historia, porque demuestra la confianza que tenía el entrenador de Ali en su boxeador y demuestra el efecto positivo que esto tenía en Muhammad Ali. Ali llegó a ser uno de lo más grandes boxeadores de la historia. Dundee estaba seguro de la capacidad de Muhammad Ali de alcanzar el éxito y la confianza que infunfía que viva con una mentalidad de campeón.
De igual manera, Dios está seguro de tu capacidad de éxito. Después de todo, fue Él quien te la dio. Aún si no estás seguro del resultado. Dios tiene confianza en ti. Ese Dios que sostiene el universo en la palma de Su mano tiene fe en ti. ¿crees que Ali tuvo miedo? Yo diría que si. Estoy segura de que al sentir el papel dentro del guante, sabía, sin lugar a dudas, que el hombre que más lo conocía tenía absoluta confianza en él.
Sé que no somos boxeadores profesionales, pero estamos todos en el ring, peleando una batalla cada día, por sobrevivir, por ser mejores, y nos cansamos, besamos el piso de los golpes de la vida, y nos seguimos levantando porque si examinamos nuestro interior, sentiremos ese papel invisible que Dios ha puesto allí, el que te conoce mejor que tu mismo. Cuando Dios nos creó, plantó dentro de nosotros semillas de grandeza. Todo lo que necesitamos para tener éxito en nuestro trabajo, relaciones, y en todas las áreas de tu vida está en tu interior.
Las semillas que llevas en tu interior se volverán cantos de alegría, esas semillas han estado allí latentes, estás lleno de potencial. Es hora de cambiar tu entorno interno para que esas semillas puedan germinar y producir la cosecha para la que están destinadas.
No dediques tiempo a pensar en tus decepciones o errores del pasado. Centrate en las cosas buenas que Dios ha hecho en tu vida. Hay alguien que cree en ti allí arriba.
Mantente enfocado, decidido sabiendo que día tras día puedes fortalecerte y adquirir más confianza en Dios. ¡No estás sólo en el ring de pelea!
Cuando te despiertes en la mañana, puedes escoger qué tipo de día quieres tener. Puedes escoger estar de buen humor, o puedes escoger estar de mal humor. ¡Escoge felicidad cada día! ¡Es maravilloso lo que Dios ha hecho por nosotros!
Hay un tiempo para sembrar con lágrimas, pero también hay un tiempo para cosechar con alegría. Cuando volvamos a reír, estaremos confiados, seguros, y más fuertes.
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