4 Julio – Dios es mi consuelo

Jesús dijo en Juan 16:7 TLA “En realidad, a ustedes les conviene que me vaya. Porque si no me voy, el Espíritu que los ayudará y consolará no vendrá; en cambio, si me voy, yo lo enviaré.”

Yo me imagino a Jesús diciéndome te conviene que me vaya y dejarte sola en este mundo hostil, para que mi Padre envié al Espíritu Santo que es invisible a que te consuele. Independiente de que te des cuenta o no; Dios está con nosotros CONSOLÁNDONOS. Y quiero decirte: Él si sabe lo que sientes, el miedo que te dan las cosas, las preocupaciones que rondan por tu cabeza loca, la pena que sientes por la pérdida de un ser querido y cuánto lo extrañas.

Dios es tu Consolador cuando nadie te entiende, es tu Consolador cuando todo te sale mal, es tu Consolador cuando lloras por una injusticia. Cuando piensas que nadie se interesa por ti ni por lo que sientes… El Dios Consolador está secando tus lágrimas. Cuando te han entregado un diagnóstico de enfermedad, Él es TU CONSUELO. Él está interesado en tus problemas matrimoniales, en tus problemas existenciales y ningún detalle de tu vida se le pasa por alto. Él sabe lo que te preocupa en estos momentos.

Consolador deriva de la palabra griega parákletos; es la fuente española “paráclito”. Esta palabra incluye un prefijo, “para”, que significa “junto a”, y a una raíz que es un verbo “kletos”, que significa “llamar”. Por lo tanto, parakletos era alguien que estaba llamado a estar junto a otro. Como un abogado de servicio permanente, la ayuda incondicional de Dios que presenta una defensa por nosotros.

Si hoy tienes una necesidad de Dios, ÉL ESTÁ ALLÍ acompañándote y hablando a tu corazón… consolándote y siendo el hombro que necesitas para refugiarte.

Mateo 5:4 TLA “Dios bendice a los que sufren, pues él los consolará”

Solo tu CONSOLADOR puede entenderte, porque está pasando la dificultad junto a ti. 4 Julio – Dios es mi consuelo Clic para tuitear Él entiende las lágrimas que nadie más entiende, nos preguntamos: ¿Por qué Dios me pasa esto a mí? Hay demasiadas cosas sin sentido que me suceden… Y las múltiples obligaciones pueden hacer que te olvides de Dios. Por eso, hoy te pregunto ¿Por qué te preocupas? ¿Acaso no es Dios más grande que todas tus preocupaciones? La preocupación es una forma de incredulidad.

Eclesiastés 2:20-23 TLA “Una vez más me desanimó el haber trabajado tanto en esta vida. ²¹ Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestra sabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan sólo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal, y no tiene ningún sentido! ²² Después de tantos trabajos, esfuerzos y preocupaciones, ¿qué nos llevamos de este mundo? ¡Nada! ²³ Nuestra vida está llena de dolor y sufrimiento; ni de noche logramos descansar. ¡Eso no tiene sentido!”

¿Quién está en control de tu vida? Si eres tú, entonces sí tienes una buena razón para preocuparte. Pero si es Dios, la preocupación es innecesaria. Aprende a dejar TODO en las manos de Dios. En este mundo tendrás aflicciones, pero no debes quitar tus ojos de tu CONSOLADOR, así como Él nunca quita sus ojos de ti.