Solo Dios sabe del dolor de nuestras lágrimas, solo Él conoce nuestro sufrimiento y las cosas por las que pasamos, lo mejor de esto es que también Él se encarga de secar cada una de nuestras lágrimas con su pañuelo de amor. A veces, pensamos que nadie nos oye, que nadie sabe lo que vivimos, pero Dios sí, Él nos conoce y nos ama.
Isaías 25:8 TLA “Dios destruirá para siempre el poder de la muerte. Dios secará las lágrimas de todos y borrará la vergüenza de su pueblo en toda la tierra. »Ese día se dirá: “Ahí está nuestro Dios. En él confiamos, y nos salvó. ¡Gritemos de alegría porque Dios nos ha salvado!” »Dios ha jurado que así será»”
¿Cuántas veces hemos sido juzgados injustamente? Estoy segura que más de una, pero Dios nos ha librado con bien de todas esas situaciones. Así que, a pesar de haber recibido insultos, injurias por parte de personas que amamos, Dios no ha dejado de estar en control de todas esas circunstancias. He aprendido que el tiempo no cura ninguna herida, pero Dios sí. Hacerme la valiente no me hace una mujer de fortaleza, sino que tengo que derramar mis lágrimas delante del ser al que le importan cada una de ellas.
Abraham con lágrimas deseó tener a su hijo Isaac y cuando Dios le pidió un sacrificio para probar su obediencia no dudo, siguió confiando en Dios. Abraham nunca hubiera podido ser amigo de Dios sino pasaba por un proceso de lágrimas y de obediencia. Su fe fue probada por fuego y cuando nosotros somos probados y pasamos por ese valle de lágrimas, no estamos solos… Dios está con nosotros.
Cuando atravesamos por una enfermedad Dios nos dice como a Ezequías “Vuelve y dile al rey, que yo, el Dios de su antepasado David, escuché su oración y vi sus lágrimas. Dile que voy a sanarlo, y que le daré quince años más de vida. Dentro de tres días ya podrá venir a mi templo para adorarme. Además, por amor a mí mismo, y a David, quien me fue fiel en todo, salvaré a Ezequías y a Jerusalén del poder del rey de Asiria»”. 2 Reyes 20:5 TLA
Tú te imaginas salir de una reunión llorando a mares y que escuches dentro de ti la voz de Dios diciendo: “He visto tus lágrimas”. Tú que me lees, sabrás lo difícil que es caminar y llorar al mismo tiempo pues todos te miran extraño, nadie entiende lo que te pasa pero Dios dice: “He visto tus lágrimas”. Esas lágrimas en oración mueven el corazón de Dios para tu protección.
No te sientas mal de mostrarte ante Dios vulnerable, Job abría su corazón a Dios y le decía “Ante Dios lloro amargamente, porque mis amigos se burlan de mí” Job 16:20 TLA. Hay veces que no tenemos con quién quejarnos y ese es el momento perfecto para ir en busca de Dios y derramar nuestras lagrimitas.
David dijo en Salmos 6:6 TLA “¡Ya estoy cansado de llorar! Por las noches lloro tanto que mis lágrimas empapan mi almohada.”. Quiero recordarte que ninguna de nuestras lágrimas para Dios es extraña, Él tiene un pomito donde va almacenando cada una de ellas y al final, cada lágrima se convertirá en alegría.
Salmos 126:5 TLA “Las lágrimas que derramamos cuando sembramos la semilla se volverán cantos de alegría cuando cosechemos el trigo.” Clic para tuitear Hay momento para todo, para llorar, para reír, para abrazar y para dejar de abrazar. Cuando toquen los momentos de llorar, piensa: “Dios está conmigo y estás lágrimas son el abono de algo grande voy a cosechar”. Clic para tuitear
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Dios te Bendiga Wendy ,es una revelacion, calida,intima ,perfecta de la voluntad de Dios a traves de tu devocional .