En el 1940 durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes sitiaron a los ingleses, 335 mil soldados en un pueblo pesquero de Francia. Quedaron acorralados los alemanes y pusieron sus tanques para matar a los ingleses, no podían enviar submarinos, no podían enviar aviones, solo esperaban para morir, pero el primer ministro Churchill convocó un ayuno y ese mismo día Dios abrió el mar. Envió un aguacero tan fuerte que los tanques no pudieron moverse, los barcos tuvieron que retirarse, los aviones no podían volar a causa de la tormenta, y llovió el tiempo exacto para rescatar a los soldados ingleses, cuando los alemanes fueron a matarlos, ya no estaban.
Apocalipsis 3:9 TLA “Yo te he abierto la puerta, y nadie podrá cerrarla.” Clic para tuitearDios es el que abre camino y nadie lo puede cerrar y lo que Él cierra, nadie lo puede abrir. Muchas veces, sentimos los caminos cerrados, las puertas cerradas, los cielos cerrados y nos preguntamos: ¿Dónde está Dios? Quiero recordarte que Él es quien abre caminos.
Isaías 43:16-19 TLA “Isaías dijo: «Dios abrió un camino en el mar, a través de las aguas profundas, y por allí pasó su pueblo. Los guerreros de Egipto persiguieron a los israelitas con caballos y carros de guerra, pero se hundieron en el mar y ya no pudieron levantarse; la luz de su vida se apagó. Y ahora, Dios le dice a su pueblo: «No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca”
Dios es capaz de mover circunstancias a nuestro favor. Por ejemplo, cuando toda marcha mal podemos orar al Dios que nos abre caminos en medio del desierto, cuando no encontramos salida a los problemas del día a día, Él está ahí presente para ayudarnos, para extendernos una mano y ser firme en su ayuda para con nosotros.
Debemos reconocer a Dios en todos nuestros caminos. A veces, pensamos que nuestro camino es el mejor, que nuestras decisiones son las mejores y no debemos incluir a Dios en nuestros asuntos, pero NO es así. Hay caminos que nos parecen correctos pero su fin son de muerte, hay caminos y direcciones que a nuestro parecer son los indicados pero debemos estar seguros si la dirección viene de Dios. Recordemos que Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Si seguimos nuestro camino nos podemos extraviar, pero si seguimos el camino de Dios y dejamos que sea Él quien nos abra el camino todo será mucho mejor.
Veremos los cielos abrirse, veremos las puertas abrirse, veremos los caminos cerrados por años comenzar a abrirse. ¿No me crees?
Miqueas 2:13 TLA “Yo mismo iré delante de ellos para abrirles paso y darles libertad. ¡Yo soy su Dios y su rey!”
Dios abrió el camino para que su pueblo escape de la esclavitud. Él hizo posibles las situaciones imposibles y sucedió así en la liberación de Samaria.
2 Reyes 7:18-20 TLA “El profeta había anunciado al rey que a la misma hora del día siguiente, a la entrada de la ciudad de Samaria, podrían comprarse por una moneda de plata tres kilos de harina o seis kilos de cebada. 19 Sin embargo, el ayudante personal del rey le había dicho: «¡Esto no sucederá ni aunque Dios abra las ventanas de los cielos!» Y fue entonces cuando Eliseo le contestó: «Tú lo vas a ver con tus propios ojos, pero de eso no comerás nada». 20 Y así sucedió, porque la gente lo atropelló a la entrada de la ciudad y murió.”
Mañana podrás decirles a los que se ríen de ti: “Mi Dios abrirá caminos, abrirá los cielos y si es necesario, pero de que me salva, me salva. Cuando las cosas estén difíciles contigo está el Dios que abre caminos.
Quizá hoy te encuentras en un punto donde dices: “Ya no puedo avanzar más” pero el Dios que abre caminos está contigo, está por ti y no dejará que te hundas, no dejará que te mueras, te protegerá, lo verás con tus propios ojos… Clic para tuitear
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