Te
puedo preguntar: ¿Cómo te alimentas? Existe un dicho antiguo que dice
“Eres lo que comes”. Recuerda que no solo somos cuerpo, también somos
espíritu y alma. Muchos de nosotros alimentamos nuestro cuerpo 3 veces al día,
otros 5 veces al día y otros ya lo dejamos ahí, para no herir susceptibilidades.
¿Cómo estás alimentando tu espíritu? ¿Sabías que tu espíritu también necesita ejercitarse
diariamente?
Así como es imposible estar saludables físicamente solo comiendo chocolates y
comida chatarra, para una vida saludable espiritualmente debemos dejar de comer
los postres que nos venden en el infierno, porque, aunque saben rico, no nos
hacen bien.
¿Te alimentas de Dios? Es decir, ¿tomas tú dosis diaria de la Biblia? ¿O a veces se te pasa y simplemente lo dejas para nunca y te empujas algo que no debes?
Job decía “no me he apartado de sus mandatos, sino que he atesorado sus palabras más que la comida diaria” (Job 23:12 NTV).
Antes que alimentar su cuerpo, Job alimentaba su espíritu y su espíritu estaba como Popeye: fuerte y reverdeciendo.
La amistad con Dios es la mejor y la más importante. Ella te fortalece, te edifica, te renueva y te cautiva.
Él está interesado en ser tu mejor
amigo, no lo excluyas de tu círculo, más bien deléitate en su amistad. Él te
dará paz y prosperarás porque estarás unido al mejor socio del universo.
Tu espíritu te dirá ayuna y tu cuerpo
te dirá desayuna, te hará una
pataleta para que lo alimentes y hasta rugirá feroz como un lobo dentro de tu
estómago, pero al final, ganará la pelea el que esté más fuerte.
Si comemos tres veces al día, te pregunto: ¿Alimentamos nuestro espíritu de la misma forma? Jesús dijo en Mateo 4:4 TLA “No sólo de pan vive la gente; también necesita obedecer
todo lo que Dios manda.”
Dios quiere alimentarnos día a día con un “maná divino” con el fin de pasar 24 horas a su lado con un contrato renovable a diario. Cada nueva aurora se te entrega un paquete fresco que se llama “Hoy Dios dice”. Debes tatuar tu alma con su palabra y reprogramar tu mente y tu corazón con los códigos de lo alto.
Por eso los animo a que día a día busquen algo que leer de la Biblia y sea como un gimnasio espiritual, que los llene de paz y de nuevas fuerzas.
Comenzaré un nuevo mes con vitaminas espirituales para contrarrestar toda la “anemia espiritual” que nos ha estado aquejando.
Pronto te sorprenderás con el cumplimiento de cosas que creías perdidas, pero debes poner tus pies a correr en esa caminadora de la Biblia, recorrer sus versos y apropiarte de cada promesa. Él espera que camines y creas.
Refuerza tu fe y cierra las puertas de la duda. La fe es la cura y el antídoto para la ansiedad, ella es más fuerte que el tiempo y más efectiva que la muerte, es la base de todos los milagros.
Te dejo este espacio para qué comentes que vitamina te gustaría incluir en este régimen que iniciaremos A, B, C, etc. Estaré escribiendo sobre esto en los próximos días.
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