¿Sabias que la palabra fuerza aparece 348 veces en la Biblia?
“…así que no se pongan tristes. ¡Alégrense, que Dios les dará fuerzas!” Nehemias 8:10 TLA
La historia de Sansón y Dalila no viene de chespirito, está en la Biblia en Jueces 14:19 “Enseguida el Espíritu de Dios le dio mucha fuerza a Sansón.” De este solo versículo sacamos que la fuerza nos la da Dios.
Dalila se moría por saber el secreto de la fuerza de Sansón; y él aprovechó en engañarla y jugar con sus sentimientos por un tiempo, hasta que tanto jugar con fuego, se terminó quemando, abrió la boca y confesó su secreto. Lo apresaron, le cortaron el cabello, lo ataron, se burlaron de él, y le quitaron los ojos…
“Entonces Sansón oró: «¡Dios todopoderoso, ayúdame sólo una vez más! Los filisteos se han burlado de mí sacándome los ojos, te ruego que me des fuerzas para vengarme de ellos». 29 Dicho esto, Sansón apoyó sus dos manos sobre las columnas centrales que sostenían el templo, 30 y gritó: «¡Que mueran conmigo los filisteos!» Luego empujó las columnas con todas sus fuerzas, y el templo se vino abajo sobre los jefes filisteos y sobre todos los que allí estaban. Sansón mató a más personas al morir, que las que había matado en toda su vida.” Jueces 14:28-30 TLA
La fuerza es esa vitamina que necesitamos todos los días para continuar, la fuerza que acompañó a Sansón a superar sus propios límites, y que le ayudó a vencer a todos sus enemigos.
No una energía que se apoya en nuestra propia fuerza, si hacemos las cosas en nuestras fuerzas habrá un momento en el que nos cansaremos y renunciaremos a todo. Debemos pedirle a Dios nuevas fuerzas, esa es la clave.
No en tus fuerzas, en la fuerza de Dios.
No con tus planes, en el plan de Dios.
No en tus tiempos, en el tiempo de Dios.
No empujando, ni forzando, dejando que ÉL sea la fuerza que abra las puertas.
Creo que hemos ido a la fuente incorrecta para hacernos fuertes, no está en la espinaca que comamos, tampoco en la melena al estilo Sansón. La fuerza le pertenece a Dios y quiere compartirla contigo.
“Dios de nuestros antepasados, ¡tú estás en los cielos, y dominas a todas las naciones de la tierra! ¡La fuerza y el poder te pertenecen! ¡Nadie puede vencerte!” 2 Crónicas 20:6 TLA
Si tu te juntas con los poderosos, su fuerza es limitada y su poder se agota, pero si tu confias en Dios con todo tu corazón, la fuerza de Dios es eterna y su poder no tiene límites.
¿Necesitas fuerzas para continuar? Pídeselas a Dios.
Salmos 91:2 TLA “Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quién confiamos!”
Quiero orar por ti para que ahora que lees este mensaje seas FORTALECIDO por DIOS, encuentres la conexión correcta con Dios y no dejes que nada ni nadie robe tu fuerza, que recibas esa vitamina en doble dosis de fuerza. ¡No te rindas!
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