¿Te sientes esclavo, atado, preso y con los brazos atados? Necesitas esta vitamina L de libertad, respira profundo y exhala con fe. La palabra libertad está desde el Génesis en la Biblia fue el nombre de uno de los pozos de Isaac en
Génesis 26:22 “Luego se alejó de allí y volvió a abrir otro pozo, y ya nadie peleó. Entonces lo llamó «Libertad», pues dijo: «Al fin Dios nos ha dado libertad para prosperar en este lugar».”
Luego otro de los grandes milagros de Dios fue con puso en “libertad” a todo el pueblo de Israel que estaba esclavo en manos del Faraón. Tu te imaginas haber trabajado años para un tirano como el Faraón, y que no te den la oportunidad de sentirte libre sino que siempre estés a expensas de él, así se sentía el pueblo de Israel, castrado en sus sueños, limitado, pero Dios a través de Moisés “el libertador” del pueblo de Israel lo hizo cruzar el desierto rumbo a la tierra prometida, en Egipto tenía para vivir, mientras que en la tierra prometida tenían libertad y abundancia. ¡Dios es bueno!
Libertad es entender que nada podrá esclavizarte si dependes de la voluntad de Dios.
Jesús dijo: “… y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8:32 TLA
Conoce a Jesús: Él es la verdad, sé su amigo. Mientras más cerca de Dios estés, más libre te sentirás porque solo Él puede romper cualquier cadena que quiera atarte.
¿Habrá algo más de lo que Dios te quiere hacer sentir libre?
Job 36:16 “y ahora mismo te ha librado de la angustia, te ha servido un banquete, y te ha dado plena libertad.”
Efectivamente de la angustia, hay veces que algo no sale bien, o alguien te dice vamos a hablar, automáticamente te llenas de angustia, te impacientas, tenemos que aprender a respirar libertad. ¡Todo va a estar bien!
¿De cuántas nos ha librado Dios? De muchas verdad, es momento de saber que si él nos libró es porque nos ama.
“Me diste libertad, ¡me libraste porque me amas!” Salmos 18:19
Dios nos ha dado libertad de escoger, libre albedrio no para hacer lo que se nos da la gana. Cuando nuestras metas y sueños empiezan a frustrarnos, y perdemos nuestra paz y no disfrutamos la vida, es una señal clara de que nos estamos aferrando mucho. ¿Cuál es la solución? Tienes que dejarlo ir. La libertad llega cuando dices: Dios, te entrego todo. Conoces mis deseos y lo que es mejor para mí. Elijo confiar en ti y en tu tiempo.
Cuando aprendemos a estar satisfechos a pesar de las circunstancias, eso le quita a tu enemigo la capacidad de frustrarte. Cuando eliges confiar en el tiempo de Dios, puedes vivir en paz, puedes vivir con alegría, puedes descansar en Dios sabiendo que Él tiene cosas buenas reservadas para tu futuro.
No te pierdas una gran época de tu vida deseando tener más, quejándote por lo que no tienes. La verdadera alegría la encontrarás en las cosas sencillas: forjando recuerdos con tu familia, confinados juntos viviendo en paz, viendo una película juntos, jugando en casa, disfrutando una rica comida, viendo el sol por tu ventana, o las estrellas en la noche. Aprende a respirar libertad.
Encuentra libertad hoy, suelta la frustración y descansa en la paz eterna de Dios.
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