Es un hecho que muchas de las cosas por las que nos preocupamos simplemente no están basadas en la realidad. Más bien se basan en suposiciones. E incluso las cosas por las que nos preocupamos que parecen ser reales, tal vez no lo sean cuando se consideran a la luz de la realidad que Dios nos ofrece. Por ejemplo, podemos sentirnos solos, no amados y sin valor alguno. No obstante, si observamos la realidad de la verdad de Dios, sabremos que esos sentimientos no se corresponden con la realidad de los que confiamos en Dios.
La palabra preocupación deriva del término que significa “ahorcar o asfixiar”
Cualquiera de nosotros podría dejar que la preocupación se convierta en una forma de pensar y un estilo de vida. La preocupación produce pensamientos negativos que conducen rápidamente a la ansiedad y el miedo. ¡Demasiado análisis te puede llevar a la parálisis! Clic para tuitear
Y los pensamientos negativos producen personas negativas. He estado cerca de algunas personas negativas en mi vida, y no me gusta. Estoy segura de que también has estado cerca de ellas. Las personas negativas se quejan y critican constantemente. Nada es lo suficiente bueno para ellas.
Cuando la preocupación por una situación trata de establecerse, necesitamos desafiarnos a nosotros mismos a responder con fe, no con miedo. Clic para tuitear La preocupación es como una mecedora que te mantiene en movimiento pero no te lleva a ningún lugar. La mejor manera de reemplazar ese mal hábito de la preocupación es creando un buen hábito: buscar las promesas de Dios. Clic para tuitear
La preocupación no es un estado de vida permanente cuando permitimos que Dios esté presente en nuestra vida. Jesús vino a darnos su paz. ¡Estas son buenas noticias para nosotros!
Restricciones para tu tratamiento
La preocupación destruye la paz. Romanos 3:17 TLA “A dondequiera que van, todo lo destruyen y lo dejan destrozado. No saben vivir en paz”
La preocupación nos seca espiritualmente. Jeremías 17:5-6 TLA “Yo, el Dios de Israel, declaro: “¡Maldito quien confía en los demás! ¡Maldito quien confía en sí mismo! ¡Maldito quien se aleja de mí! Son como las espinas del desierto, que nunca disfrutarán del agua, pues viven en tierras áridas, donde nada crece”0′
La preocupación nos impide escuchar a Dios. Marcos 4:19 TLA “pero no dejan que el mensaje cambie su vida. Sólo piensan en las cosas que necesitan, en cómo ganar dinero, y en cómo disfrutar de esta vida.”
La preocupación produce relaciones malas. Gálatas 5:15 TLA “Les advierto que, si se pelean y se hacen daño, terminarán por destruirse unos a otros.”
La preocupación nos hace improductivos en nuestro trabajo para Dios y los demás. Lucas 8:14 TLA “Las semillas que cayeron entre espinos representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas, pues viven preocupados por tener más dinero y por divertirse.”
La preocupación nos agota. Lucas 10:41 TLA “Pero Jesús le contestó: Marta, Marta, ¿por qué te preocupas por tantas cosas? Hay algo más importante. María lo ha elegido, y nadie se lo va a quitar.”
Nos enfocamos en el mundo material. 1 Juan 2:15-17 TLA “No quieran ustedes ser como los pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no aman a Dios el Padre. Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y éstas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para siempre.”
Nos sentimos solos y aislados. Salmos 142:4 TLA “Mira bien a mi derecha:
¡nadie me presta atención! ¡No hay nadie que me proteja! ¡A nadie le importo!”
Beneficios de tu tratamiento – Antídoto contra la preocupación
Disfrutamos de paz interior. Isaías 26:3 TLA “Dios hará vivir en paz a quienes le son fieles y confían en él.”
Sentimos la provisión divina. Deuteronomio 33:27 TLA “Dios es el Dios eterno, y siempre te protegerá; pondrá en fuga a tus enemigos, para que los destruyas.”
Escuchamos a Dios. Salmos 85:8 TLA “Dejemos de hacer locuras y obedezcamos a Dios. Recordemos que somos suyos, y que él nos ha prometido paz.”
Tenemos relaciones pacíficas. Colosenses 3:15 TLA “Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos.”
Somos productivos bajo la guía de Dios. Proverbios 3:5-6 TLA “Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.”
Tenemos paz en nuestro trabajo. Salmos 37:3-5 TLA “Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios.
Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor”
Estamos enfocados en la eternidad. 2 Corintios 4:16 TLA “ Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando más fuerza.”
Dios está con nosotros. Isaías 41:10 TLA “Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo”
Sigue la prescripción de tu Doctor en el cielo, suelta lo que te preocupa, descansa en sus promesas, renuévate en su fidelidad, agradece todo y continua con tu camino.
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