“Si corriges al burlón sólo conseguirás que te insulte; si corriges al malvado sólo conseguirás que te lastime. 8 No corrijas al burlón pues terminará odiándote; corrige al sabio, y te amará. 9 Enseña al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aprenderá más.” Proverbios 9:7-9 NBV
La sabiduría ve todo desde la perspectiva de Dios. Clic para tuitear Piensa en esto, todos los seres humanos tenemos a nuestra disposición la sabiduría de Dios “El creador del universo”. Sin embargo muy pocos bebe de la fuente de su sabiduría, la mayoría sólo enjuagan la boca.
El mundo no gasta billones de dólares en sabiduría. Gasta billones buscando sabiduría. Sin embargo, esta se encuentra a disposición de cualquier que busque en su divina fuente. Clic para tuitearPasos para obtener la sabiduría divina:
Teme a Dios
Salmos 111.10 “El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La recompensa para todos los que lo obedecen es la sabiduría. ¡Alabemos su nombre por siempre!”
Agrada a Dios
Eclesiastés 2.26 “Porque Dios da sabiduría, conocimientos y gozo a quién es de su agrado; pero si un pecador se enriquece, Dios le quita la riqueza y se la entrega a quienes le agradan.”
Oye a Dios
Proverbios 2.6 “Porque el Señor concede sabiduría; de su boca fluyen conocimiento y ciencia.”
Mira a Dios
Proverbios 3.13 “Feliz es el que halla sabiduría y adquiere inteligencia.”
Escoge el camino de Dios
Proverbios 8.10-11 “Elijan mi instrucción en lugar de la plata, y el conocimiento en lugar del oro puro. Porque la sabiduría vale mucho más que las piedras preciosas; nada se puede comparar con ella”
Sé humilde delante de Dios
Proverbios 11.2 “El orgullo te lleva hacia la deshonra; la humildad, hacia la sabiduría.”
Acepta el consejo de Dios
Proverbios 13.10 “El orgullo conduce a la discusión, pero en los que escuchan consejos hay sabiduría.”
Recibe la corrección de Dios
Proverbios 19:20 “Escucha el consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio”
¿Cuántos casos conocemos de niños que no recibimos corrección de sus padres y la vida tuvo que corregirlos? Si eres padre, corrige a tus hijos cuando es tiempo, para formarlos sabios y prudentes. Y si tu eres hijo, recibe la corrección de Dios y de tus padres, porque esto significa que te aman y te preparan para que tengas un buen porvenir.
Sansón tuvo otra oportunidad de parte de Dios para cumplir su propósito. Frente a sus enemigos, oró a Dios y le pidió que le diera las fuerzas una última vez para destruir el lugar en donde se encontraban. No se lamentó por todo lo que le estaba pasando, pues al final era consecuencia de su caminar. Dios le concedió nuevamente las fuerzas y aunque él también moría, acabó con muchísimos filisteos, enemigos de Israel. Cuando recibimos lo que merecemos por nuestras acciones, debemos aceptarlo con humildad y deseo de aprender.
La corrección es muestra de amor Hebreos 12:6-7 NBV “porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo aquel a quien recibe como hijo». Lo que ustedes están sufriendo es para disciplinarlos, pues Dios los está tratando como a hijos.”
Dios nos corregirá como se le corrige a un hijo, porque nos ama. La historia de Sansón se desarrollo en una época cuando Israel hacía continuamente lo malo, por lo que cayeron bajo el dominio de los filisteos, sus enemigos. Dios amaba a su pueblo y aunque los disciplino con la invasión extranjera, levantó un juez, Sansón, para salvarlos del apropio.
En tu vida, no tendrás mas corrección de la que puedas soportar. En su misericordia, nuestro Dios siempre nos perdona y también nos indica el camino que debemos seguir. Escucha Su consejo, evita caer en tentación, pero si tropiezas, acepta la corrección para aprender y no volver a caer.
Ora a Dios
Efesios 1.17 “no he cesado de recordarlos y dar gracias a Dios por ustedes. Pido constantemente a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría y revelación, por medio de su Espíritu, para que lo conozcan mejor.”
Conoce al Hijo de Dios
1 Corintios 1.30 “Por Dios es por quien ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación y nuestra redención.”
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