La presencia del afán es inevitable, pero la prisión del afán es opcional. Clic para tuitearv.2 El afán sin conocimiento no es bueno; el que va de prisa puede equivocar el camino.
La voluntad de Dios no es que vivas en ansiedad perpetua, No enfrentes cada día con inquietud. Dios te creó para mucho más que vivir una vida de angustias, no permitas que nada ni nadie te robe el aliento o divida tu mente con preocupación. No podemos controlar el mundo, pero sí podemos confiárselo a Dios. Vivamos sabiamente.
v.8 El que adquiere sabiduría a sí mismo se ama; el que posee entendimiento prospera.
Tener sabiduría no es solamente tener conocimiento sobre algo, sino actuar de cierta forma, en base a ese conocimiento. ¿Cuántas cosas sabemos que son correctas y no las hacemos? Al contrario, ¿Cuántas cosas sabemos que son incorrectas y las hacemos? Por ejemplo, la puntualidad es correcta y deseable, sin embargo, somos impuntuales. ¡Haz aquello que sabes bueno y necesario para agradar a otros! Ser sabio implica tener humildad para reconocer que a veces escogemos mal y debemos rectificar nuestra conducta.
La sabiduría se adquiere de los aciertos y de los errores. Admitir los errores implica un borrón y cuenta nueva, y demuestra que has adquirido sabiduría. Clic para tuitearLa Biblia nos enseña que es mejor ser sabio que fuerte. Salomón cuenta que un hombre sabio, aunque pobre y débil, a quien nadie escuchaba, salvó a una ciudad. ¿Cómo puedo hacerlo si nadie le ponía atención? Pues la clave está en la persona que convenció al pueblo de escuchar lo que el hombre sabio tenía que decir. Sabio es quien tiene la humildad de no menospreciar la sabiduría de quién puede dársela. Con una actitud orgullosa y arrogante no aprenderemos. Si no sabes algo, lo mas prudente es preguntar. Busca sabiduría.
Jesús observó sabiduría en las aves del cielo y los lirios del campo, así que es posible aprender de todos. Tal vez hoy, hubieran menospreciado Su enseñanza por enfocarse en la naturaleza, porque la gente busca grandes revelaciones y no ven todo lo que nuestro entorno puede enseñar. Debemos reflexionar en cuánta sabiduría hemos desperdiciado por nuestra actitud arrogante de creer que lo sabemos todo. Lo primero que una persona sabia logra es a confiar en Dios para vivir. Estás rodeado de sabiduría, pero debes tomarla para que te beneficie y forme tu carácter.
Pidamos a Dios sabiduría y fe, ya que el vestido y el alimento es algo que seguramente nos dará. La verdadera vida de oración comienza donde el afán termina. Aprenderemos sobre sabiduría y fe al observar y escuchar a todos, incluso a los más pequeños seres de la naturaleza.
Nuestro Dios nos ha regalado muchísimo, tal como Salomón. ¿Le has pedido sabiduría para administrar sus bendiciones? Revisa lo que pides, quizá le ruegues por la oportunidad de estudiar en la universidad, pero no le pides sabiduría y carácter para graduarte. Imita a Salomón quién fue humilde y pidió específicamente la sabiduría que necesitaba para bendecir a otros. De esa forma, Dios le concedió más de lo que le esperaba. Evita perder tu tiempo al pedir sabiduría en general o para aquello que no haces. Invierte tu energía pidiendo la sabiduría que requieres para cumplir con tus responsabilidades. Dile: “Hazme sabio para hacer mi trabajo con excelencia”.
Las pruebas requieren paciencia y sabiduría. De hecho, en medio de las dificultades se refleja cuánta sabiduría nos hace falta y en qué áreas específicas, entonces, podemos pedirla y buscarla. Podrías necesitarla para administrar tus finanzas, para liderar tu empresa.
Busca sabiduría con la fe de quien desea aplicarla en las situaciones particulares de su vida.
Dale gracias por las responsabilidades que asumes y pídele que te haga humilde para aprender carácter de todo y de todos. Él desea que seas sabio, por eso te ha rodeado de sabiduría.
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