20 Set – Proverbios 20 – Él quiere lo mejor

“El Señor dirige los pasos del hombre, ¿cómo puede entonces comprender su propio destino?” Proverbios 20:24 NBV

Todos atravesamos por cosas que no entendemos, pero Dios usa las dificultades para movernos hacía nuestro destino. Nada sucede por accidente.

Mirando hacia atrás en mi vida, veo la importancia de las veces cuando estaba más incómoda o cuando atravesé por decepciones. No me hizo sentido entonces, pero años más tarde entendí que si no hubieran sucedido, no hubiese nunca conocido a cierta persona o tenido la experiencia que necesitaba para un nuevo desafío.

Debemos aprender a aceptar nuestra comprensión parcial de las cosas. Habrá momentos en la vida de cada persona, cuando las circunstancias no tienen sentido, cuando nos parece que lo que Dios ha hecho no va, pero todo lo que Dios hace es por algo aún cuando no tenga sentido para nosotros.

Es ahora que cobran en mi sentido las palabras de Jesús…

“Jesús respondió, y le dijo: Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo entenderás después.” Juan 13:7

Jesús comenzó a lavarle los pies a sus discípulos y Pedro se negó.  No fue hasta que Jesús le explicó “si no te lavo, no tendrás parte conmigo”, que Pedro aceptó que Jesús lavara sus pies, manos y cabeza.

Hay cosas que Dios hace y no lo entendemos.  Si yo hubiera estado con los discípulos, muy probablemente hubiera tenido la misma reacción de Pedro.  No me haría sentido que el Rey de Reyes venga a servirnos y a realizar una tarea tan humilde como lavar los pies.  Ellos no lo entendieron en el momento, pero lo entendieron después.  Comprendieron que el plan de Dios era más grande de lo que podían imaginar.

No importa cuán confusa puede ser la situación por la que atraviesas.  Si confías en Dios y permites que Él haga lo que tenga que hacer en tu vida y familia, aunque no entiendas lo que está haciendo, lo entenderás después.

Si esa relación no se hubiera truncado, no hubieses tenido la libertad que tienes ahora para ser lo que eres hoy.

Ahora puedo ver que todo el tiempo Dios estaba dirigiendo mis pasos. Yo pensaba que estaba retrocediendo, perdiendo amigos, pero no. Él me estaba preparando para moverme hacia adelante.