“Jesús dijo: —Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Mientras, echaban suertes para ver quién se quedaba con la ropa de Jesús”. Lucas 23:34 NBV
¡Qué difícil es expresar perdón cuando todos están en nuestra contra! Se dice que Jesús estuvo repitiendo continuamente estas palabras en la cruz. Yo quiero pensar que estaba orando por ti y por mí. Lo que más nos cuesta como seres humanos es transmitir perdón, dar nuestro brazo a torcer. ¡No atesores el rencor, atesora el perdón!
El perdón es un acto de fe porque va en contra de nuestra mente y de nuestros sentimientos cuando se rehusan a otorgarlo. Si tú y yo no optamos por perdonar, nos terminamos por castigar a nosotros mismos. La falta de perdón es como una barrera que realmente bloquea la puerta de tu corazón. Clic para tuitear
Perdona a tus enemigos. No existe venganza más dulce que el perdón. Cuando la puerta de tu corazón está abierta, puedes liberar todo el dolor y las heridas y abrir el espacio para la sanidad de Dios. No es lógico perdonar a alguien que nos ha traicionado o que abusó de nuestra confianza o que nos robó o nos hirió profundamente. No es fácil perdonar a alguien que nos humilló o que nos difamó. Es por eso que, hoy podemos pedirle a Dios: “Ayúdame a olvidar y a perdonar”.
“Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal” Proverbios 16:6 NBV
Ninguna persona es merecedora del perdón, pero la gran enseñanza que Jesús nos da es que Él nos perdona de todas formas, no porque lo merezcamos sino porque Él es un Dios misericordioso que extiende su perdón sin límites. Por ello, abandona las ofensas que te abruman y entrégaselas a Dios.
“¡Oh Señor, qué bueno y perdonador eres; qué gran amor tienes por todos los que te piden ayuda!” Salmos 86:5 NBV
Cuando perdonas, algo se rompe en lo espiritual. Todo el tiempo que uno tiene resentimiento en su corazón no podrás ser tú mismo, cuando perdonas recuperas tu identidad.
“Pero cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados” Marcos 11:25 NBV
¿Cuántos de nosotros quisiéramos ser perdonados por Dios? La clave es perdonar. La gente necesita amor cuando menos lo merece. El perdón trae sanidad, pero la falta de perdón hiere. El perdón no significa que la otra persona haya hecho algo correcto o excusable, no significa que no tenga importancia, sino que confías en Dios y que le permites que te eleve por encima de tus heridas y de tu dolor del pasado y te lleve al destino divino que tiene para ti.
El perdón es la medicina que tu alma necesita diariamente. Si no perdonamos, las pequeñas cosas que nos ocurren nos vamos a terminar amargando y esas cosas se harán grandes. El perdón te libera a ti. Perdonar es sanar, es restaurar y vivir libre.
1 Juan 1:9 NBV “Pero si confesamos a Dios nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad”.
Perdónate a ti mismo, perdona a tu familia, perdona a tus amistades, perdona a todos los que alguna vez estuvieron en tu contra. Perdonar es abandonar todo resentimiento, es sacar toda represalia, es otorgar gracia, es no poner condiciones.
¿Qué sucede cuando no perdonamos?
Cuando no perdonamos, abrimos la puerta al temor, a la enfermedad y a la amargura. No podremos andar libres. Las obras de la carne son: “…enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones…
“En cambio, este es el fruto que el Espíritu produce en nosotros: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas”. Gálatas 5:22-23 NBV
Es casi imposible tener falta de perdón y poder vivir en gozo, paz y amor permanente. Tarde o temprano el resentimiento nos hará perder el dominio propio, nos robará la paz y el gozo… y ya no andaremos en amor. Perderemos así la comunión con Dios porque tarde o temprano terminaremos culpándole de ello.
No perdonar es separarse del Amor de Dios. Tus oraciones no son escuchadas, recuerda que nadie puede decir: “Yo amo a Dios” y aborrecer a su hermano porque si no permanece aún en tinieblas.
¿Qué debemos hacer si queremos perdonar?
- Poner nuestros ojos en Dios.
- Reconoce que hay heridas en nuestro corazón.
- Toma la decisión de liberar a la persona de la ofensa.
- Exprésate ante Dios sin reservas de acuerdo con lo que sientes.
- Pídele a Dios que te llene con Su amor
- Perdona con el perdón de Dios.
- Restaura tus relaciones con el perdón de Dios.
- Dios quiere que te conviertas en un reconciliador.
Leave A Reply