No podemos vivir tratando de agradar a la gente, porque nunca vamos a poder contentar a todos. No somos “monedita de oro” para caerle bien a todo el mundo. Elévate por encima de eso. No tienes por qué estar de acuerdo con las personas. No tienes por qué ganarte su aprobación. Déjalo pasar, y sé quien Dios te ha creado.
Mafalda dice: “Así como hay mucha gente que a mí puede no gustarme, es lógico suponer; que yo puedo no gustarle a un montón de tarados, ¿no?”.
Mi consejo en este día es simplemente olvídalo, deja de esforzarte por quedar bien con todos pues NO SE PUEDE. Clic para tuitear Un día, unos están alegres por lo que haces o por lo que dices y al siguiente día, los otros cuando te ven ni te conocen y andan molestos contigo.
¿Quién los entiende? Yo no y la verdad que no pretendo hacerlo porque hace mucho descubrí que el mejor libro acerca del cómo llevar relaciones exitosas es la Biblia, que nos dice:
“Como han visto, no estoy tratando de ganármelos ni de quedar bien con ustedes. Al único que trato de agradar es a Dios. Si todavía buscara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo” Gálatas 1:10 NBV
Esta es una elección que nosotros también debemos hacer.Abandona todos tus esfuerzos humanos y confía en Dios. No es posible complacer a todos … es algo desgastante ¡suéltalo! Clic para tuitear
Moisés el gran libertador de Israel tuvo que tratar con familiares que no aprobaran a la mujer que él había escogido como esposa porque era de una nacionalidad diferente. Ellos criticaron a Moisés públicamente, diciendo: “no estamos de acuerdo con eso. Nos negamos a aprobar este matrimonio” Pero en su interior, Moisés sabía que estaba tomando la decisión correcta. Él no discutió con ellos; no se ofendió, ni los criticó. Él mantuvo su paz.
No tienes que responder a cada crítica. No tienes que demostrarle nada a nadie. Es tu responsabilidad como reaccionas a lo que te pasa. No de los demás. Como los demás reaccionan a tus decisiones no es tu responsabilidad. Clic para tuitearAsí que, pasemos por un cernidor las situaciones de nuestra vida y pensemos mejor las cosas la próxima vez, haciéndonos la siguiente pregunta: ¿Vale la pena tratar de ser el hámster de “fulano” solo para que te brinde un poco de su aprobación? ¿Es tan importante? ¡Yo no lo creo!
Déjame decirte algo… y soy clara al afirmarlo pues la Biblia me respalda: Nadie lo vale, pues el único importante para otorgarnos aprobación es Dios.
Entonces, si lo que tú haces está agradando a Dios y Él lo aprueba… Lo que los demás te digan o te dejen de decir, no te debe importar.
Me encantó aquella ocasión en que leí la respuesta de una congresista, a la cual admiro mucho: “Me importa un pepino lo que digan de mí, yo sé en quién he creído”. Ya se imaginarán, al día siguiente su peculiar respuesta salió publicada en las primeras planas de todos los periódicos locales.
Si te hacen a un lado por ser cristiano o por tener una opinión diferente a la de ellos, entonces Jesús creará un círculo mucho más grande para que tú y Él entren.
Alguien dijo “A tus enemigos, mátalos con tu alegría y entiérralos con tu éxito”.
Así que, si quieres llegar al éxito, céntrate en tu objetivo y no en lo que escuchan tus oídos. Vincent Van Gogh dijo: “Si oyes una voz que te dice que no sabes pintar, entonces pinta de todos modos pues la voz tendrá que callarse”.
No quiero concluir este mensaje, sin recordarte que siempre vamos a tener detractores; gente que nos critique, que nos envidie, que no les guste nuestro rostro, ni la forma en la que hacemos las cosas, e inclusive; habrá gente que hasta nos difame… Lo cierto es que cuando ellos no tengan nada bueno que decir, se inventarán historias.
Habrá personas que cuando hagamos o no hagamos algo, nunca estarán conformes con nada; pero eso hay que superarlo… Debemos “saltar el bache” del “me importa lo que los otros piensan o dicen de mí”. Como le dijo Eliseo a su siervo: “Más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.
Si prestas tus oídos a lo que la gente dice de ti, vivirás frustrado; pero si te dedicas a escuchar lo que Dios dice de ti, disfrutarás una vida plena. Nadie te conoce mejor que Dios y ha puesto dentro de ti, todo lo que necesitas para salir aprobado por Él.
“…Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente” Romanos 2:29 NTV
Date un baño de aceite para que la próxima vez que no te afecte, que no te encolerice; sino que simplemente te “resbale” y lo tomes como de quien viene.
Recuerda que aquí lo importante es qué piensa Dios de ti y por tal razón, debes mirarte al espejo de la sinceridad a diario para recordar lo que Él piensa y dice acerca de ti… Las otras muchas palabras sobran, así que… te resbale.
Oremos juntos: Dios, examina mi corazón y mi mente. Ayúdame a soltar la ofensa de manera que pueda asirme de la paz. Dame sabiduría para saber cuando responder en amor y cuando refrenar mi lengua. No quiero vivir esclava del qué dirán, quiero que me importe más tu opinión que la de la gente. Amén.
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