¿Qué metas y sueños tienes por realizar? Es tiempo de prepararte para lograrlos. No será fácil, pero si eres disciplinado, seguro lo lograrás. Esto le sucedió a Sadrac, Mesac y Abed-nego, quienes fueron escogidos entro muchos jóvenes judíos para ser enseñados en el idioma y la literatura caldea. Dice la Biblia que Nabucodonosor buscaba jóvenes fuertes, sanos, de buen parecer e idóneos para estar en el palacio del rey. Debemos aprovechas las buenas oportunidades y recursos que se nos presentan para superarnos y prosperar, pero desechando lo malo, aquello que podría alejarnos de nuestro Padre. Si estos jóvenes se hubieran negado a vivir en la corte del rey, nunca hubieran podido ser ejemplo ante las naciones.
Sadrac, Mesac y Abed-nego nos ofrecen un ejemplo de resistir al mal, además de la convicción y valentía a toda prueba ante los retos. Ellos fueron lanzados al horno de fuego porque se negaron a adorar a la estatua del rey babilónico Nabucodonosor. ¡Uno de los retos más grandes que podemos enfrentar! Sabemos que recibiremos muchas propuestas para fallar porque quien hace lo malo siempre busca aliados para silenciar su conciencia. Casi nadie se emborracha o se droga en soledad, siempre busca con quién hacerlo y tú no debes ceder a la tentación. Al contrario, acércate mas a Dios, compromete tu vida a su servicio, ya que hacerlo te dará fortaleza, tal como sucedió Daniel y sus amigos en Daniel 3:13 – 23 “Entonces Nabucodonosor, en un arrebato de cólera, ordenó que Sadrac, Mesac y Abednego fueran traídos a su presencia. Cuando los trajeron ante él, les preguntó: ¿Es verdad Sadrac, Mesac y Abednego, que se han negado a honrar a mis dioses y rendir homenaje a la estatua de oro que levanté? Les daré una oportunidad. Cuando oigan la música, si se inclinan y rinden homenaje a la estatua, no tomaré en cuenta su falta; pero si se niegan a hacerlo, serán arrojados inmediatamente en un horno de fuego ardiente. Y entonces, ¿qué dios podrá librarlos de mi castigo? Sadrac, Mesac y Abednego respondieron: No hace falta que nos defendamos ante Su Majestad. Si somos arrojados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servimos puede librarnos del horno y de cualquier otro castigo que Su Majestad nos imponga. Y aunque no lo hiciera, Su Majestad debe entender que nunca honraremos a sus dioses ni rendiremos homenaje a su estatua. Entonces Nabucodonosor se puso furioso, y su rostro estaba irreconocible de la cólera contra Sadrac, Mesac y Abednego. Mandó que el horno ardiente fuera calentado siete veces más de lo normal, 2y llamó a algunos de los hombres más fuertes de su ejército para que ataran a Sadrac, Mesac y Abednego, y los arrojaran en el fuego. Fueron, pues, bien atados con sogas y arrojados al horno, con todo y su ropa puesta. Y por estar el horno demasiado caliente, por la orden que había dado el rey en su gran cólera, ¡las llamaradas mataron a los soldados al acercarse al horno para arrojar a los tres jóvenes! Así Sadrac, Mesac y Abednego cayeron atados en medio de las llamas.”
La decisión de los tres jóvenes los enfrentó a la muerte. Sin embargo, no retrocedieron, sino que demostraron su confianza en el único Dios, siendo ejemplo a todos. Cuando tu fe y voluntad sean probadas, no dudes en que Dios te guardará como lo hizo con estos jóvenes que demostraron en quien creen y serás un ejemplo a seguir.
Pídele a Dios que tu convicción no te falle, que seas perseverante como Sadrac, Mesac y Abed-nego quienes veían dos opciones: que Dios los librara del fuego o que se los llevara al cielo. Pero en ambas opciones, descubrían la gracia y la misericordia del Señor.
Daniel 3:26-30 “Luego Nabucodonosor se acercó lo más posible a la puerta abierta del horno ardiente y gritó: ¡Sadrac, Mesac y Abednego, servidores del Dios Altísimo, salgan y vengan aquí! Entonces ellos salieron de en medio del fuego. Los príncipes, gobernadores, capitanes y consejeros se juntaron a su alrededor y comprobaron que el fuego no los había tocado, ni siquiera un pelo de sus cabezas se había chamuscado, su ropa estaba intacta, ¡ni el olor a quemado se les había pegado! Entonces Nabucodonosor dijo: «Digno de todo elogio sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, pues envió su ángel para librar a sus servidores que confiaron en él y desobedecieron la orden del rey, y estaban dispuestos a morir antes que servir o rendir homenaje a cualquier dios que no fuera el de ellos. Por lo tanto doy esta orden: Que cualquier persona de la nación, lengua o pueblo que sea, que hable contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, sea descuartizado y su casa quemada. Pues ningún otro dios es capaz de salvar de esta manera». Luego el rey les dio a Sadrac, Mesac y Abednego una mejor posición que la que tenían antes en la provincia de Babilonia.”
A Sadrac, Mesac y Abed-nego Dios los engrandeció, les dio una mejor posición, los libró del fuego. Engrandecer significa “promover y prosperar”, por lo que el mensaje es claro: Dios es capaz de recibir promoción y prosperar a quien le es fiel y demuestra valor ante los retos. Haz el firme compromiso de lograr grandes objetivos y no tengas miedo de pagar el precio por alcanzar tus sueños, porque todo lo que vale la pena cuesta esfuerzo. Aprende a comprometerte con la excelencia y rodéate de gente que no tiene miedo a comprometerse con objetivos que valen la pena.
No tuerzas tus convicciones, no cedas a la presión, tienes un Dios que está contigo en el horno, que no permite que te quemes, que te guarda, que te promueve y te bendice. Todas las pruebas que pasamos son por algo. ¡Descubre tu próxima promoción en tu actual oposición! Clic para tuitear
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