“No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias. Y la paz de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo.” Filipenses 4:6-7 NBV
La gratitud es tener conciencia absoluta de los beneficios de la vida. Es la mayor de las virtudes. La gente agradecida tiende a ser más empática y son más propensas a perdonar a los demás. Las personas que mantienen un diario de agradecimiento suelen tener una actividad muy positiva ante la vida. Clic para tuitear Las personas agradecidas demuestran menos envidia, materialismo y egocentrismo.
La gratitud aumenta la autoestima y mejora las relaciones, la calidad de sueño y la longevidad. Si viniera en forma de píldora, la gratitud se consideraría la cura milagrosa. Entonces, no es que de extrañar que La terapia de Dios para la ansiedad incluye una enorme y deliciosa ración de gratitud. Clic para tuitear
Unas gracias sinceras dejarán sin oxigeno al mundo de la preocupación. Clic para tuitear Enfócate más en lo que tienes y menos en lo que te falta. Clic para tuitear“No lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en cualquier circunstancia: tanto a quedar satisfecho como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir por no tener nada. Todo lo puedo en Cristo que me da fortaleza.” Filipenses 4:11-13 NBV
Las circunstancias de la vida de Pablo en prisión eran miserables. Estaba bajo vigilancia constante. No tenia motivos para esperar que lo liberaran. Sin embargo, con sus muñecas encadenadas con grilletes, Pablo dijo: He aprendido el secreto de vivir contento en cualquier situación. ¿De qué depende lo que manejas? ¿de lo que vistes? ¿de lo que te depositan? Si es así, te has inscrito en la competencia despiadada llamada materialismo. ¿No puedes ganarla! Siempre habrá un auto más nuevo que puedes comprar o un celular que puedes adquirir. Y, como la carrera no se puede ganar, te expones a la ansiedad. Si te defines según tus posesiones, te sentirás bien cuando tienes mucho y te sentirás mal cuando no es así.
Pablo decía: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” Filipenses 1:21 NBV
Las riquezas no llamaban su atención. Los aplausos no le importaban. La tumba no lo intimidaba. Todo lo que deseaba era más de Cristo. Como resultado, estaba contento. En Jesús, Pablo encontró toda la satisfacción que deseaba su corazón.
Tu y yo podemos aprender lo mismo. El contentamiento basado en Cristo nos convierte en personas fuertes. Como nadie nos puede quitar a Cristo, nadie nos puede quitar nuestra alegría.
La muerte, el fracaso, la traición, la enfermedad, la desilusión… nada puede quitarnos la alegría porque tampoco pueden quitarnos a nuestro Jesús.
Él puede darte una felicidad que jamás pueden quitarte, una gracia que jamás caducará y una sabiduría que siempre aumentará. Él es la fuente de la esperanza viva que nunca se agotará.
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