“Josafat se asustó, pero decidió buscar la ayuda del Señor, y le pidió al pueblo de Judá que ayunara. De todas partes del país acudieron a Jerusalén a pedir juntos la ayuda del Señor”. 2 Crónicas 20: 3-4 NBV
Este versículo nos relata momentos en los que Josafat tenía que lidiar con grandes enemigos en una batalla y muchos de nosotros nos estamos enfrentando a un final de año un poco atemorizados, pero hemos decido consultar a Dios. ¿Qué sucede cuando hacemos esto? Dios nos envía ayuda. Existen momentos en la vida de toda persona, cuando se siente rodeado por problemas, cuando las circunstancias parecen no dar esperanza, pero es ahí donde debemos recordar que la batalla no es nuestra sino de Dios.
Debemos entender que Dios tiene un plan con todo lo que vivimos y enfrentamos en la vida y su plan es que al final siempre terminemos victoriosos. Pero para eso, debemos entender algo muy importante: No importa cuál es el problema que estamos enfrentando… Quizá es una enfermedad, falta de trabajo o problemas familiares… Yo debo aprender a confiar mis batallas a Dios y es en ese momento que se debe tomar una posición de victoria porque no importa lo que suceda, ya no es mi problema ni mi batalla, sino que ahora es la batalla y el problema de Dios. ¡Dios siempre vence todas sus batallas! Clic para tuitear
¿Qué haces cuando ya no puedes más? ORA
“Señor, Dios de nuestros padres, único Dios en todos los cielos, gobernador de todos los reinos de la tierra, tú eres fuerte y poderoso. ¿Quién puede prevalecer delante de ti? Dios nuestro, ¿no sacaste tú a los paganos de esta tierra cuando tu pueblo llegó? ¿No entregaste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham? Tu pueblo se estableció aquí y te edificó este santuario con la esperanza de que en un tiempo como éste, en que tuviéramos que enfrentarnos con alguna calamidad, enfermedad o hambre, podríamos venir aquí y estar delante de ti, porque tú moras en este templo, y clamar a ti, porque tú nos oirías y nos rescatarías”. 2 Crónicas 20: 6-9 NBV
Nosotros combatimos al enemigo en oración. Josafat combatió a sus enemigos en oración. Cuando el temor quiso apoderarse de él, lo primero que hizo Josafat fue orar. Cuando vinieron sus enemigos en contra de él, lo primero que hizo fue orar. Lo primero que nosotros debemos hacer frente a un problema es orar. Recuerda, el único que puede mover las montañas es Dios pero lo único que mueve a Dios es la oración. Clic para tuitear
Muchos tratan de mover montañas en sus fuerzas, pero yo prefiero que Dios muevas las montañas por mí, no hay obstáculo que le quede grande. No hay enfermedad que le pueda hacer frente aún cuando sobrevenga una calamidad, nosotros podremos estar confiados en nuestro Dios que es más grande que nuestro problema y en el día en el que oramos en nuestra aflicción, Dios nos escucha y nos salva. Clic para tuitear
Pon en Dios toda tu esperanza
“Ahora, mira lo que los ejércitos de Amón, Moab y los del monte de Seír están haciendo. Tú no quisiste que nuestros antepasados invadieran a esas naciones cuando Israel salió de Egipto, sino que dieran un rodeo y no las destruyeran. 11Ahora mira qué pago nos dan. Han venido a arrojarnos de tu tierra, de la tierra que nos has dado. Dios nuestro, ¿no lo impedirás tú? Nosotros no podemos hacerle frente a este gran ejército. No sabemos qué hacer, pero estamos confiando en ti” 2 Crónicas 20: 10-12 NBV
¿Qué hizo Josafat? Expuso su causa frente a Dios. No le permitas, ¡Dios que se burlen de mi, que esos enemigos se enseñoreen sobre nosotros! ¡Dios mío, mira lo que dicen de nosotros! Josafat decía: ¡Mira cómo nos pagan en esta tierra que nos diste como herencia!
Hay tres cosas muy importantes que Josafat menciona en este verso:
- Primero: Admitió que no tenía posibilidades de vencer a sus enemigos.
- Segundo: Admitió que no sabía qué hacer.
- Tercero: Sus ojos estaban puestos en Dios.
Tus batallas se convierten en las batallas de Dios cuando tú le dices: “Yo no puedo pero tú sí puedes, yo no sé pero tú sí sabes, no hay salida pero Dios, tú eres mi salida; por eso mis ojos están puestos en ti”. Clic para tuitear Cuando no sabemos qué hacer, cuando no podemos confiar en nadie, cuando no hay quién nos pueda ayudar… ¡En ti ponemos nuestra esperanza! Mientras más rápido dependas de Dios, más rápido llegará la victoria sobre tu vida.
Dios pelea por ti
“Todo Judá estaba delante del Señor con sus hijos pequeños y esposas. En eso, el espíritu del Señor descendió sobre Jahaziel hijo de Zacarías, nieto de Benaías, bisnieto de Jeyel, y tataranieto de Matanías, que era un levita de los hijos de Asaf. Entonces Jahaziel dijo: «Escuchen bien, pueblo de Judá y de Jerusalén, y tú, rey Josafat. El Señor dice: “No teman. No se paralicen de miedo ante este enorme ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios. 16Atáquenlos mañana. Los hallarán subiendo las lomas de Sis, al final del valle que entra en el desierto de Jeruel. Pero ustedes no tendrán que pelear. Tomen posiciones, permanezcan en sus sitios, y contemplen la increíble salvación que el Señor realizará en favor de ustedes, pueblo de Judá y de Jerusalén. No tengan miedo ni se desalienten. Vayan mañana al lugar indicado, porque el Señor está con ustedes”. 2 Crónicas 20: 13-17 NBV
Cuando tú estás de pie y perseverando es Dios quien pelea por ti y te da ánimo para continuar, escucharás su voz que te dice: “No temas, no te acobardes, cuando veas un gran ejército, gente mejor preparada que tú, recuerda que la batalla no es tuya sino mía. ¡Yo peleo por ti! Mañana, no tendrás que intervenir en la batalla, no tendrás que defenderte, o argumentar… ¡Quédate quieto y verás cómo te salvo! Habrá muchas personas que te quieran hacer la guerra… ¡Pero yo estoy contigo! ¡Y si yo estoy contigo…tú tienes la victoria!
Cree a pesar de todo
“A la mañana siguiente, bien de madrugada, salieron hacia el desierto de Terna. En el camino, Josafat se detuvo y dijo: Pueblo de Judá y de Jerusalén, escuchen: Crean en el Señor, el Dios de ustedes, ¡y tendrán éxito! ¡Crean a sus profetas, y les irá bien! Después de consultar con los jefes del pueblo, determinó que un coro abriera la marcha, luciendo sus vestidos sagrados. Irían alabando y dando gracias al Señor y cantando la canción: Den gracias al Señor, porque su amor y bondad son para siempre. Cuando comenzaron a entonar este coro, el Señor hizo que los hijos de Amón, Moab y de Seír comenzarán a pelear entre sí, y se mataran unos a otros. Primero los amonitas y los moabitas se volvieron contra sus aliados del monte de Seír, y los mataron a todos. Y cuando acabaron con ellos, se volvieron unos contra otros” 2 Crónicas 20: 20-23 NBV
Si eres una persona que le gusta ganar, deja que Dios pelee tus batallas. Clic para tuitear Y si quieres que Él pelee tus batallas, debes creer en Él. Debemos estar seguros que, aunque no podamos verlo, la mano de Dios se está moviendo a nuestro favor.
Gran recompensa
“Cuando Judá llegó a la torre que domina el desierto, vio cadáveres por todas partes: ni uno solo del enemigo había escapado. El rey Josafat y su pueblo salieron a recoger el botín y regresaron cargados de dinero, vestidos y joyas valiosas. Eran tantas las pertenencias de sus enemigos, que los de Judá tardaron tres días en recogerlo” 2 Crónicas 20: 24-25 NBV
Tres días estuvieron recogiendo el botín. La recompensa de tu victoria será tan grande que necesitarás muchos días para disfrutar de tus bendiciones.
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