Todos nosotros tenemos cosas que estamos creyendo recibir, cosas que queremos lograr. En lo profundo las sentimos con mucha fuerza. Sabemos que son parte de nuestro destino, pero entonces nos golpean algunos reveses. No obtuvimos el pago que esperábamos, la relación no funcionó como esperábamos, el reporte del doctor no fue bueno. La vida tiene cierta manera de derribar nuestros sueños. Pueden quedar enterrados bajo el desánimo, enterrados debajo de los errores del pasado. Sueños enterrados debajo del divorcio, debajo del fracaso, de las voces negativas. Es fácil conformarse con la mediocridad cuando todos tenemos este potencial enterrado por dentro.
Solo porque te has rendido no significa que Dios se haya rendido. Tu sueño puede estar enterrado, no es demasiado tarde para verlo suceder. Clic para tuitear Todos hemos pasado por decepciones y malas decisiones, pero en lugar de recordar las heridas y lo que no funcionó, la clave para alcanzar tu destino es recordar tu sueño. Recuerda lo que Dios te prometió.
Esos sueños que no le has contado a nadie, todavía Dios continúa diciendo: Yo te voy a cumplir lo que te prometí.
“Ni una sola de todas las buenas promesas que el Señor le había hecho a la familia de Israel quedó sin cumplirse; todo lo que él había dicho se hizo realidad.” Josué 21:45 NBV
No permitas que las circunstancias te convenzan de no hacerlo. Todo es parte del proceso. Cada situación injusta, cada demora, y cada puerta cerrada no es un revés; es una preparación para que Dios te lleve dónde quiere que estés. Sé que te está tomando mucho tiempo, y es posible que no veas cómo podrá suceder, pero todo lo que se necesitas es un toque del favor de Dios.
¿Qué necesitamos entonces? Conseguir una pala y comenzar a excavar ese sueño. Cambia lo que estás diciendo, porque muchas veces le creemos más a lo que decimos que a lo que Dios nos dice. Escucho gente que dice; nunca voy a tener una casa bonita, nunca obtendré mi título, nunca me voy a sanar, está será mi cruz de por vida. Lo que debemos hacer es ponernos de acuerdo con Dios. Él es el dador de sueños. Él es quien puso ese deseo en ti. Quizá necesites estar a solas con Dios, en silencio y buscarlo de todo tu corazón. Dile: Dios, cualquiera cosa que yo haya enterrado, cualquier cosa a la que haya renunciado, muéstrame qué es. Dios, no me permitas morir con sueños enterrados.
Josué y Caleb fueron enviados a espiar la Tierra Prometida y dijeron: de seguro podremos conquistar esa tierra, pero había otros 10 espías que dijeron todo lo opuesto, hablando solamente de grandes ciudades fortificadas y de gigantes que los hacían sentir enanos. Los israelitas, unos dos millones de personas, quedaron aterrorizados por el informe negativo, y aunque estaban acampados fuera de la Tierra Prometida, dieron la vuelta y ese grupo de personas nunca entró. Imagina a Caleb desanimado, Dios había puesto ese sueño en su corazón, pero no sucedió. Su sueño se quedó enterrado, pero no era su culpa. La mayoría de la gente se había rendido y se habían conformado donde estaba, pero no Caleb. Esa es la marca de un conquistador, 40 años más tarde, cuando Caleb tenia 85 años, todavía podía sentir su sueño agitándose en su interior. No estaba sentado por allí sintiendo lástima por sí mismo diciendo: Realmente lo intenté. Si solamente esas personas hubieran hecho lo correcto. Estaba tan cerca.
Caleb volvió al mismo monte donde todavía vivían gigantes, el mismo lugar al que otros se habían rehusado a ir y le dijo a Dios “Dame, ese monte”. Quiero mostrarte algo. Caleb pudo excusarse en su edad, en sus carencias, pero el sueño aún estaba dentro de su corazón y decidió no victimizarse. No puedes tener un espíritu que se rinda y tome la salida más fácil. El enemigo tomará la oposición, la demora, el desánimo, los celos, y todo lo demás que pueda para tratar de convencerte de enterrar ese sueño.
Recuerda tu sueño, y que las fuerzas que están a tu favor son mayores que las fuerzas que están en tu contra. Clic para tuitear Cuando Dios te da un sueño, cuando pone una promesa en tu corazón, no significa que vaya a suceder sin oposición, demoras y adversidades. Habrá cosas que no comprendas, permanece en fe, mantén una buena actitud.
Es fácil recordar la herida y la decepción. Recuerda el sueño, recuerda la promesa de Dios, creo que si haces esto los sueños que habías enterrado volverán a la vida, volverán a resucitar. Clic para tuitear
Dios convertirá las piedras de tropiezo en peldaños, te levantarás más alto y recordarás que Dios siempre estuvo contigo. Clic para tuitear
Leave A Reply