“Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos”. Miqueas 5:2 NBV
Para el Nacimiento de Jesús, nuestro Salvador, Dios eligió Belén.
En este tiempo se pierde de vista a Jesús. En Navidad, de quien menos se habla es de Jesús… nuestra preocupación es: ¿Cómo vamos a celebrar nuestra Noche Buena? Algunos inclusive dicen que esa no es la fecha en la que nació Jesús. Yo digo a veces, por cuestiones de agenda, celebramos los cumpleaños de seres queridos en una fecha diferente. Eso no significa que la celebración no sirva, seguimos festejando al “Cumpleañero”. Y en esta ocasión, estamos celebrando el cumpleaños de alguien que eligió venir a entregar su vida por nosotros.
Belén aunque era una ciudad pequeña, Dios dice que producirá grandes resultados. Esta siempre es la manera en la que Dios se glorifica. Él saca un Salvador de un lugar inesperado para todos… a ocho km al sur de Jerusalén. Fijémonos que Dios buscó a Belén siendo la capital Jerusalén, no fue al lugar más popular sino al más especial. Belén es un lugar espiritualmente fuerte, se siente la presencia de Dios y allí en ese pequeño lugar, Él decretó un futuro glorioso.
Tengo una buena noticia para ti: Quizá ahora te ves pequeño, tienes un pequeño negocio, una pequeña familia, pero no es todo lo que Dios tiene para ti. Algunos dirán que no tienen el destello, el brillo, la estrella con la que otros nacen ni el gran apellido, que no son de la capital, peor aún, hemos salido de un lugar donde la gente piensa que nada bueno sale, pero serás grande porque le has abierto el corazón de Jesús. Dios llama lo que no es para que sea. Dios toma lo pequeño, lo olvidado para allí depositar lo que cambiará generaciones.
Belén o Efratas significa Casa de Pan y lugar fructífero. Es allí donde Dios transforma lo frustrado lo que no tiene fruto, lo que hasta ahora no ha surgido, lo estéril.
Juan 6:35 NBV “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
En la casa de Dios nos alimentamos de la Palabra. Jesús es el pan de vida. Dios dijo que en los últimos tiempos vendrá hambre, Jesús dijo que es el único que puede saciar nuestra hambre. Dios es nuestro Shaddai. Es decir nuestro suficiente, todo lo que necesitamos.
Salmo 107:9 NBV “Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta”.
Si Dios ve un alma hambrienta en ti, Él te saciará de su presencia. El bien alimentado tiene vigor, fuerza, vendrá el enemigo por un camino a fastidiarte y se irá corriendo por siete caminos, fastidiado porque nada ni nadie puede contra nuestro Dios.
Hoy Dios quiere traer un Belén para ti. En Belén viene la redención de la ciudad. Jesús siendo rico se hizo pobre para que con su pobreza seamos enriquecidos. Ese era el pesebre donde llevaba tu nombre. Jesús nació de milagro, vivió de milagros en milagro y su vida y resurrección fue un milagro. Ahora Él quiere provocar tu milagro en ti.
Di conmigo: “Gracias Jesús porque eres tú eres el pan y no tendré hambre, seré saciado del bien de tu casa. Te adoramos en este tiempo de Navidad, trayendo lo mejor para ti, nuestro REY y Señor”.
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