“Vayan a Belén y busquen al niño —les dijo—. Cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también pueda ir a adorarlo. Al terminar la audiencia con el rey, los sabios reanudaron el viaje. ¡Y la estrella que habían visto en el oriente los iba guiando hasta que se detuvo sobre la casa donde estaba el niño! Los sabios se llenaron de alegría cuando vieron la estrella. Entonces entraron en la casa, y al ver al niño con María, su madre, se postraron ante él para adorarlo. Luego abrieron sus alforjas y le ofrecieron como tributo oro, incienso y mirra” Mateo 2:8-11 NBV
Los regalos demostraban adoración a Dios y estos tres sabios del Oriente lo sabían. No dice la Biblia que fueran magos sino sabios que fueron guiados por el mismo Espíritu Santo a adorar a Jesús. Es el Espíritu Santo quien te lleva a adorar a Jesús y estos tres sabios se dejaron guiar por Él. Si quieres regalarle a Jesús algo en esta Navidad que sea tu obediencia: “Déjate guiar por Él”.
“Si me amas, guarda mis mandamientos” Juan 14:15 NBV
Los tres sabios le dieron tres regalos a Jesús, que nosotros también debemos llevarle.
Oro: mi corazón dispuesto
“Vinieron todos los que tenían el corazón dispuesto, tanto hombres como mujeres, y trajeron al Señor sus ofrendas de oro: broches, aretes, anillos y collares. Presentaron toda clase de objetos de oro como una ofrenda especial para el Señor” Éxodo 35:22 NBV
Ese fue quizá el regalo más preciado que Jesús le hizo a su Padre, el que más le costó. Un corazón dispuesto a Dios es aquel que dice no quiero hacer mi voluntad sino la tuya.
“…Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22:42 NBV
“para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” 1 Pedro 1:7 NBV
¿Por qué para Dios nuestra fe es tan valiosa? Porque sin FE es imposible agradarlo. Ten una FE que valga oro. Anillos de oro se usan para pactos matrimoniales… Son para “el amor de toda la vida”. El oro que hoy le doy a Jesús es mi corazón, bañado en más de 24 quilates. Es un corazón con pasión por amarlo, un corazón sin doblez, un corazón sincero que no lo bajará del trono nunca. Le regalo mi corazón, mi voluntad y mi fe que valen oro.
Incienso: mi adoración siempre
El incienso es usado para purificar y exaltar.
Filipenses 4:18b “…olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”.
Todos buscamos a Dios pero ¿no quisieras acaso que Dios más bien te buscara a ti? Bueno la Biblia menciona que Dios busca dos cosas: Intercesores y Adoradores en espíritu y en verdad (Juan 4:23).
“Busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé” Ezequiel 22:30 NBV
La adoración y la oración son incienso agradable, olor grato a nuestro Dios.
Apocalipsis 5:8 “…todos tenían copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”.
Apocalipsis 8:4 NTV “El humo del incienso, mezclado con las oraciones del pueblo santo de Dios, subió hasta la presencia de Dios desde el altar donde el ángel lo había derramado”.
Entrégale a Dios tu mejor perfume de oraciones y de canciones que suban hasta el cielo y le sean olor fragante. Una vida intachable sin peros, una vida que grite ¡GRACIAS! y que siempre se arrodille delante de Él. Hoy te regalo mi incienso, Jesús, con todo lo que significa, te adoraré mientras viva y cuando me vaya contigo, continuaré mi adoración el cielo.
Mirra: mi vida entera hasta la muerte
Esto es mirra para Jesús porque la mirra habla de morir. Con ella se embalsamaba. La mirra también nos habla de sacerdocio y consagración total. Mi último suspiro para aquel que me entregó su vida. Es darle todo lo que tengo a Dios, ya no vivir yo sino dejar que Él viva a través mío.
1 Juan 3:16 “Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos”.
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