Hoy por la noche será un momento muy especial, tendremos un banquete espiritual, nos sentaremos a la mesa con nuestro Dios.
Lucas 14:15-24 NBV “Cuando uno de los que estaba sentado a la mesa con Jesús oyó esto, le dijo: —¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! Jesús le respondió: —Un hombre preparó una gran cena e invitó a muchas personas. A la hora de la cena mandó a su sirviente a decirles a los invitados: Vengan, porque ya todo está listo. Pero todos los invitados comenzaron a dar excusas. El primero dijo: Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Otro dijo: Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y tengo que probarlas. Y otro dijo: Acabo de casarme y no puedo ir. El sirviente regresó y le contó todo esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le dijo al sirviente: Ve pronto por las calles y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. Poco después, el siervo volvió a decirle: Señor, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar. El señor le dijo: Ve por los caminos y las veredas y obliga a la gente a entrar, para que se llene mi casa. Les aseguro que ninguno de los primeros invitados disfrutará de mi cena”.
Es lo mismo que Dios te dice hoy… “YA TODO ESTÁ PREPARADO”. No te preocupes más por lo comerás, si será pavo o lechón o por lo que vestirás. Lo más importante es que estás invitado a la cena y que podrás disfrutar de un banquete con Dios, preocúpate por no dejarlo esperando, recuerda que Él ya tiene TODO preparado para ti.
Dios nos da muchas bendiciones como un buen trabajo, esposo, hijos, pero cuando nosotros ponemos esas cosas por encima de Dios ya no son tan buenas porque nos alejan de Él. Haz que esta noche el centro de toda celebración sea Jesús, sea darle un lugar en tu mesa. Clic para tuitear Recuerda por un momento esas bendiciones que has obtenido de su mano y que esas mismas sean las que lleves al pesebre como un regalo. Llévale tus victorias, llévale tus triunfos, lo mejor que te ocurrió el 2020, recuerda todo lo que recibiste sin pensar que recibirías.
Que en esta noche puedas sentarte a la mesa y reserves un lugar especial para darle gracias a Dios por lo bueno que ha sido contigo este año. Nunca permitamos que el dinero nos aleje de Dios, que nuestro trabajo nos tenga tan ocupados que ya no tengamos tiempo para Dios, recuerda todas las veces en las que no tenías y Él fue tu proveedor.
Ninguna bendición debe ocupar el primer lugar antes que Dios ni tus hijos, ni tu esposo nada puede estar encima de Él. Pon a Dios en el centro de vida y todas tus relaciones tendrán el lugar que les corresponde. Clic para tuitear
Dios nunca se quedará sin gente que le adore, siempre buscará a otro que quiera ir a sentarse en la mesa y disfrutar de su compañía. Nadie puede ir en la a la mesa del REY sino ha sido llamado por el mismo REY. Dios va a crear una ocasión para mostrarte los cielos abiertos. Aquieta tu espíritu para que puedas encontrarte con Jesús en esta noche y antes de pedirle algo a las doce de la noche, le des gracias por su amor, por sus bendiciones, por la salud de tu familia y por todo lo que te dio, pero ninguna de esas cosas está por encima de tu amor por Él.
Dios quiere que lo ames a Él más que a tus bendiciones. Tan sólo necesitamos un momento sentados a la mesa con Jesús para que todo cambie.
- Un encuentro con Jesús tiene el poder para cambiar tu vida.
- Un encuentro con Jesús tiene el poder para cambiar tu destino.
No es cualquier banquete que tiene un tiempo de duración, un inicio y un fin… Sino que Dios está invitándote a su mesa todos los días de tu vida, a no volver a tener hambre de necesidades, sino que tu copa desborde de sus bendiciones eternamente. Tu futuro no está en cualquier mesa sino junto a Jesús. Clic para tuitear Nada hay tan dulce como el estar con Dios todos los días sentados en su mesa porque cuando tomamos nuestro puesto en la mesa, algo maravilloso sucede.
Ester 5:6-8 “Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida. Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta: Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado”.
Ester quería dejarle algo claro a Aman y fue: “A pesar de que tenga un enemigo nunca voy a dejar de adorar a mi rey”. Hay un intercambio real pues pudiste haber llegado a la mesa con hambre, pero te vas satisfecho… Te sentaste débil pero allí, recobras nuevas fuerzas… Te sentaste avergonzado por tu pasado, pero como Él es el Rey, puede extender su cetro sobre ti y darte un nuevo nombre, un nuevo destino…
Recuerda, no es tan importante cómo llegas a la mesa, sino cómo sales de ella día a día.
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