Filipenses 1:6 TLA ” Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.”
Tengo una convicción en mi corazón y es que Dios no nos dejará hasta cambiar por completo nuestras vidas. La buena noticia es que ¡Él ya empezó!
¿Ha terminado Dios contigo? Si sigues respirando, la respuesta es no. No mueres hasta que mueres.
Salmos 138:8 TLA “Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones!”
Dios nos está sintonizando, nos está afilando, nos está desarrollando. Él quiere cumplir sus promesas y propósitos en nuestras vidas.
A veces nos creemos perfectos, pero no nos equivoquemos: “Somos obras inconclusas”. Es más, deberíamos llevar un cartel que diga “pintura fresca”.
Si volvemos a lo que dice Filipenses 1:6, nos daremos cuenta que Dios comienza con un positivo, y acaba con un positivo. Dios empezó, estoy seguro y Jesús no ha regresado todavía, eso significa que Dios no ha terminado contigo.
La voluntad de Dios para nosotros es el impulso que se alimenta de una buena obra tras otra.
Jeremías 18:1-6 TLA “Dios me dijo: «Jeremías, ve al taller del alfarero. Allí voy a darte un mensaje». Yo fui y me encontré al alfarero haciendo en el torno vasijas de barro. Cada vez que una vasija se le dañaba, volvía a hacer otra, hasta que la nueva vasija quedaba como él quería. Allí Dios me dio este mensaje para los israelitas: «Ustedes están en mis manos. Yo puedo hacer con ustedes lo mismo que este alfarero hace con el barro. “
Dios es nuestro alfarero y nosotros somos sus vasijas. Hoy Él nos dice: Baja del pedestal en el que estás, levántate y ven a mi casa… No estés más triste ni decaído, levántate y encontrémonos en mi casa. La casa de Dios es “el lugar donde Él habita” y Dios quiere que su casa sea tu casa.
¿Qué hace el alfarero en su casa? Trabaja en ti, separa la tierra de la arcilla, saca de ti lo que te impide avanzar, remueve las impurezas de tu vida y te rescata, te da un valor incalculable.
Podemos llegar a la casa del alfarero sintiéndonos nada, pero sus manos de amor nos reconstruyen por dentro y sana nuestro corazón. En el taller del maestro podemos ir con las piezas rotas por heridas del pasado y pedirle que Él las sane.
¿Qué hace el alfarero cuando la vasija se echa a perder? Nos da otra oportunidad y rehace la vasija.
La desesperación puede quebrar nuestra bendición. Así que, entreguemos nuestras ansiedades en las manos del Alfarero, que Él todo lo puede. Mientras Él nos amasa y nos martilla, vamos comprendiendo más y más acerca de Su voluntad que es buena, agradable y perfecta.
Hay algo que no debemos olvidar y es que, aunque se eche a perder la vasija ¡Estamos en sus manos! Y en sus manos, estamos protegidos, seguros y no hay mejor lugar.
¿Por qué cuida tanto el alfarero su vasija?
2 Corintios 4:7 TLA “Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro.”
La Biblia nos enseña que cada vasija tiene un tesoro dentro.
No permitas que tu vasija se ensucie, o alguien la deje caer o la quiebre, pero si algo de eso sucede Dios tiene el poder para restaurarte.
Todos los seres humanos hemos sido creados por las manos del mismo Alfarero. Dios usó la misma calidad de arcilla en todos, algunas vasijas son más grandes que otras, algunas vasijas son más oscuras que otras, pero todas las vasijas valen igual. Todas las vasijas valen la sangre del Señor Jesús, todas las vasijas han sido creadas con un tesoro dentro. Así que, es tiempo que entiendas tu valor y sepas que no hay nadie mejor que tú.
Tú fuiste creado por Dios con lo mejor, para que seas “el mejor”.
Mientras más tiempo pasemos en Su taller, sus huellas se impregnan en nuestras vidas y tenemos un trato aún más personal e íntimo con Dios. Al conocerle más, empezamos a adquirir los rasgos de nuestro Creador.
Resiste al control de calidad de Dios, Él ha puesto dentro de nosotros su Sello de garantía y se llama Espíritu Santo.
“Alfarero toma mi mano y empieza de nuevo” #365conDios
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