Muchas personas me preguntan: “¿Cómo nos habla Dios? ¿Existe alguna dirección donde pueda darle click? O tal vez, ¿algún locutorio para comunicarme con Él? ¿Está en una sola iglesia? ¿O por qué tengo que ir a la iglesia para encontrarme con Dios? ¿Acaso tengo que salir con una antena en mi cabeza para entrar en contacto con Él? ¿A lo mejor debo encender en el cable de mi televisor un canal específico?”.
Todos decimos: “¡Quiero oír a Dios! ¿Habla con voz audible? ¿Su voz es ronca? ¿Me puede hablar por medio de un animal o escribiendo en la pared como lo hizo en el Antiguo Testamento?”.
Y lo que realmente sucede es que, a veces no comprendemos que Dios nos habla desde que nacemos y que todavía continúa haciéndolo.
El más grande placer para Él es tener contacto con nosotros y conversarnos. Fíjate que no es rezar sino conversar.
Rezar no, porque es repetir una frase sin sentirla necesariamente… Lo que debemos hacer es conversar cada día con Él y no olvidarnos de “añadirlo a nuestros contactos” como el Favorito.
Isaías 65:24 TLA “Él es tan maravilloso que nos dice en su Palabra: “Antes de que me llamen, yo les responderé; antes de que terminen de hablar, ya los habré escuchado. ”
¡Qué tal cuidado y cuánto nos ama Dios que responde incluso antes que nosotros lo llamemos!
Él responde a nuestras oraciones, nos habla a través de su Palabra. También lo hace por medio de pensamientos, ideas o visiones que has mantenido en tu mente, nos habla a través de letreros por las calles, a través de tus padres, de tus pastores, de tus amigos… Él utiliza millones de métodos creativos para estar conectado contigo, incluso este blog ya estaba dentro de sus planes.
Ahora, si no estás claro en su voz, puedes pedirle que te revele los deseos más profundos que Él ha puesto dentro de ti.
No seas de esas personas que llaman a la línea de los psíquicos para que otros le digan su futuro porque “Siempre estás cerca de los que te llaman con sinceridad. Tú atiendes los ruegos de los que te honran; les das lo que necesitan y los pones a salvo ” Salmo 145:18-19 TLA
Dios responde nuestras llamadas de auxilio, aunque no lo creas mucho más rápido que el 911. Él está atento las 24 horas del día… los 7 días de la semana, en las madrugadas o en horas inoportunas, a tus gritos de auxilio.
Recuerda que no es tu almohada la única que sabe de tus lágrimas. Él te mira mientras duermes y siempre está dispuesto a rescatarte, sin importar cuán profundo sea el hoyo en el que estés metido.
Lo malo es que nosotros hemos dejado de estar en línea y de escuchar a Dios cada día. Simplemente ubicamos nuestro dedito en la Biblia y al azar decimos: “Está será la palabra que hoy sustente mi día”. Otros van de reunión en reunión, pidiendo a otras personas que oren por ellos en relación con su futuro…
Yo prefiero mil veces que Dios me hable en mi casa a solas a que delante de todos, porque recuerden que Dios usó a los profetas para hablarle al pueblo terco y no creo que quieran estar en el grupo de los necios.
Dios está dispuesto a escribirte día a día, Dios está dispuesto a tomarse un café contigo cada mañana. A mí me dice muchas cosas, ¿qué te dice a ti?
Te animo a que converses con Él, mientras más pronto, mejor.
Que nuestro primer suspiro sea para Él, que, al despertarnos cada mañana, lo primero que hagamos sea conversar con Dios… Es tiempo de buscar razones para estar en línea con Él.
Cada vez que converso con Dios una paz me invade, me lleno de esperanza, salgo diferente, se va el stress y no puedo estar deprimida porque su voz me infunde el aliento que necesito para seguir.
Mi consejo para ti hoy y siempre es: “Convérsale, cuéntale todo, no te quedes con nada, haz de Dios tu mejor amigo”.
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