Dios le habló a Adán y se paseaba con él en el huerto del Edén.
Dios le habló a Noé y le dijo “Edifícame un arca”.
Dios le habló a Abraham y le dijo “Sal de tu tierra y deja a tu parentela, y ve a la tierra que YO te mostraré”.
Dios le habló a Isaac y le dijo “No desciendas a Egipto, siembra en el desierto” y le multiplicó… Le preguntaron ¿quién siembra en el desierto? y él respondió: “DIOS ME HABLÓ”.
Dios le habló a Jacob y le dijo: “Ya no te llamarás más Suplantador sino Israel, Príncipe con Dios”.
Dios le habló a Moisés y le dijo que iba a librar a Su pueblo.
Dios le habló a los profetas, a los reyes, a los jueces, a los sacerdotes, a los apóstoles…
Muchas veces se nos hace difícil escuchar la voz de Dios porque hay un ruido ensordecedor de todo lo que nos rodea. Es así que, nos resulta complicado ignorar la voz del enemigo que trata de sacarnos de la Presencia de Dios.
Cuando realmente busquemos oír la voz de Dios, la escucharemos y nuestra fe crecerá.
Deuteronomio 30:19-20 TLA “El cielo y la tierra son testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida, 20 y que amen a Dios y lo obedezcan siempre. De ustedes depende que vivan muchos años en el territorio que él prometió a Abraham, a Isaac y a Jacob, los antepasados de ustedes».
La voz de Dios es viva para nosotros. ¿Cómo quiere Dios que vivamos? Amándolo, atendiendo a Su voz, siguiéndole y estando dispuestos a obedecer todo lo que Él nos diga.
Juan 16:13 TLA ” Cuando venga el Espíritu Santo, él les dirá lo que es la verdad y los guiará, para que siempre vivan en la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que oiga de Dios el Padre, y les enseñará lo que está por suceder.”
No nos dice que Dios guardará silencio, sino que tiene una Palabra para nosotros y que esa Palabra nos guiará en este tiempo presente.
¡Cuántas veces queriendo saber el futuro, hemos escuchado “Lo mejor está por venir” y no nos hemos dado cuenta que eso mejor es parte de lo que el Espíritu Santo nos va a mostrar!
El Espíritu Santo hablará porque no es un mimo y quiere comunicarse con nosotros. Él tiene un mensaje especial para ti de buenas noticias cada día del año. ¿Hace cuánto que no lo escuchas? Si quieres oír Su voz, ¿Qué es lo que te impide escucharlo?
Adán y Eva nunca habían tenido miedo hasta que fallaron. A otros, el diablo los acusa, los condena y piensan que no son dignos que Él les hable. Se sienten indignos, otros dicen: “Dios ya no habla” o como los del pueblo de Israel, sienten temor a Su voz y le dicen, como a Moisés, habla tú con Dios.
Hebreos 12:20 TLA “… pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba”.
Ellos son los que no quieren escucharlo porque saben lo que Dios va a decir y no les gusta.
Algunos, al igual que Adán, al oír la voz de Dios tienen miedo porque cuando él oyó su voz, se escondió. A veces, cuando sabes que has pecado piensas que lo mejor es no oírlo. Otras veces, es porque tienes a tu lado al Acusador que te dice: “Mejor que no lo oigas”, “Mejor que no escuches al Señor” o te dice también “No eres digno de escucharlo” o te llena la vida de tanta ocupación que no hay manera de escucharlo. O simplemente porque no quieres oír Su voz como en Hebreos 12:18-20 TLA “ Ustedes no se acercaron al monte Sinaí, el cual se podía ver y tocar, y en el que había fuego, oscuridad, tinieblas y tormenta. 19 Tampoco oyeron el sonido de una trompeta, ni la voz de Dios dándoles mandamientos. Los que oyeron esa voz en el monte Sinaí pedían que se callara, 20 pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba: «Deberán matar a pedradas, o con una lanza, a cualquier persona o animal que ponga un pie en este monte.»
Ellos no querían oír la voz de Dios sino su propia voz.
La voz de Dios nunca será un eco de tus pensamientos, cuando Él habla es totalmente diferente a lo que pensamos.
Si Dios creó la boca, ¿no hablará?
Hoy quiero decirte que Dios habla y te quiere hablar a ti… y tú sabes que Él quiere decirte que lo mejor está por venir.
Dios le habló a Abraham, a Noé, a Moisés, a los profetas, a Pablo. Dios me ha hablado a mí y Dios te va a hablar a ti.
¿Cuánto tiempo dedicas a oír al Espíritu Santo? Él está conmigo y está contigo. Así que, podemos escuchar Su voz.
El Espíritu Santo está feliz de hacer Su tarea y guiarnos a toda verdad.
Deuteronomio 28:1 TLA ” Si ustedes obedecen todos los mandamientos de Dios que hoy les he dado, serán su pueblo favorito en toda la tierra”
Si existe un lugar seguro, ese se encuentra al escuchar la voz de Dios pues el escuchar a Dios, nos da protección.
Juan 10: 27-29 TLA ” Mis seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me obedecen, 28 y yo les doy vida eterna; nadie me los quitará. 29 Dios mi Padre me los ha dado; él es más poderoso que todos, y nadie puede quitárselos”
Nadie nos puede arrebatar de Su mano pues si estamos en las manos de Dios, estamos cubiertos.
Necesitamos Su voz porque necesitamos salir de nuestro adormecimiento.
Si nunca la has oído, dile: “Señor quiero oír tu voz”. Si la has oído, pero la has desobedecido, pide una nueva oportunidad, dile: “Dios mío, me he equivocado muchas veces, he ignorado tu voz y me he estrellado, vuelve a hablarme, por favor… que esta vez te voy a obedecer”.
Dios te dice: “HIJO MÍO, descansa y duerme en paz porque Yo haré que habites en seguridad. Te salvaré con mi salvación eterna y siempre te mantendré seguro y libre de vergüenza. Yo saldré a buscar mis ovejas y las cuidaré. Te rescataré y te traeré de la cautividad. Yo seré tu Pastor y te haré reposar en campos fértiles, donde estarás seguro sobre verdes valles y verdes colinas. Haré regresar a los que se han apartado y vendaré a quienes estén heridos. Protegeré a los que son débiles… Y cada vez que te sientas desalentado, recuerda que Yo soy tu ayuda Omnipresente”.
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