La preocupación es simplemente el triunfo del temor sobre la fe.
La preocupación es el asfixiante de tus sueños.
La preocupación es la ruta que no te lleva a ningún lado.
Filipenses 4:6-7 TLA ” No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. 7 Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.”
Que nada traiga afán a tu vida, que nada te preocupe al punto de estresarte. Todos tenemos responsabilidades; ya sean el trabajo, en la familia y con razón, podemos sentir algo de preocupación acerca de cómo cumplir con estos compromisos, pero Dios nos da una respuesta del cielo para la preocupación y esa es la oración.
¿Es conocida tu oración? ¿Saben en el cielo de tus peticiones? ¿Te preocupas más de lo que oras?
A Pablo le tocó vivir situaciones difíciles.
2 Corintios 11.23-28 TLA “ ¿Son servidores de Cristo? Yo lo soy más todavía, aunque sea una locura decirlo. Yo he trabajado más que ellos, he estado preso más veces, me han azotado con látigos más que a ellos, y he estado más veces que ellos en peligro de muerte. 24 Cinco veces las autoridades judías me han dado treinta y nueve azotes con un látigo. 25 Tres veces las autoridades romanas me han golpeado con varas. Una vez me tiraron piedras. En tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba. Una vez pasé una noche y un día en alta mar, hasta que me rescataron. 26 He viajado mucho. He cruzado ríos arriesgando mi vida, he estado a punto de ser asaltado, me he visto en peligro entre la gente de mi pueblo y entre los extranjeros, en la ciudad y en el campo, en el mar y entre falsos hermanos de la iglesia. 27 He trabajado mucho, y he tenido dificultades. Muchas noches las he pasado sin dormir. He sufrido hambre y sed, y por falta de ropa he pasado frío. 28 Por si esto fuera poco, nunca dejo de preocuparme por todas las iglesias.”
La preocupación muchas veces revela nuestra falta de fe en ese Dios grande que tenemos porque no es posible estar preocupado y al mismo tiempo confiar en Dios.
La ansiedad agota las energías, divide la mente y entorpece tu servicio al Señor porque mantenemos nuestro enfoque en nosotros mismos, en vez de en Dios.
Para mantener un equilibrio debemos preocuparnos menos y orar más.
Jesús no quería que nos preocupáramos por las finanzas, a algunos les importa tanto el dinero que se están quedando calvos de la preocupación.
¡Relájate! y lee Mateo 6:25-26 TLA “No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!”
Nuestros peores pensamientos casi nunca ocurren y la mayoría de las preocupaciones mueren en vana expectativa. Así que, puedes dejar de preocuparte porque eso no te ayuda a nada. En vez de preocuparte, llena tu mente de Dios y conversa con Él. Si algo es merecedor de nuestra preocupación, ciertamente merece nuestra oración.
Existen dos claves para ser libres de la preocupación y del afán…
Oración: Conversa con Dios y eso te hará sentirte libre.
Nuestra oración comunica nuestra total dependencia del Dios Todopoderoso.
Es decirle: “Yo no puedo más, no aguanto más esta situación así que, necesito que obres tú, mi Dios”.
Acción de Gracias: Acerquémonos a Dios con gratitud no con quejas. Dios usará finalmente la dificultad para nuestro bien, como lo ha prometido en Romanos 8:28 “y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien”.
Agradece anticipadamente por aquello que te preocupa y muy pronto recibirás la respuesta del cielo sobre aquello que te aflige.
La consecuencia de la oración y de la acción de gracias harán que en ti hallar PAZ, cuando todo este gris tu actitud pintará todo de colores.
La oración es la entrega de nuestra preocupación a Dios.
1 Pedro 5:7 TLA “Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes.”
No tenemos de qué preocuparnos porque Dios cuida de nosotros.
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