¿Qué haces cuando ves desplomarse todo aquello en lo que confiabas? ¿Cómo te preparas para un imprevisto cambio de vida?
El mundo está en crisis. Las guerras de todo tipo diezman ciudades y naciones, e incrementan el nivel “normal” de delitos y la degradación del ser humano en todo el planeta. Los rostros angustiados aparecen con tanta frecuencia que la mayoría de la gente se ha acostumbrado a verlos. Somos vulnerables y muy frágiles. Mientras la economía mundial se tambalea el temor aumenta. El temor puede definirse como la falta de confianza.
Es fácil celebrar y tener una buena actitud cuando las cosas nos están saliendo bien. ¿pero cuando pasamos por tiempo difíciles? Qué cuando la empresa hace recorte de personal y somos uno de los despedidos. Cuando alguien con quien compartíamos años de relación de un momento a otro nos deja, ¿cómo comenzamos de nuevo? ¿Qué de las bendiciones de Dios cuando pasamos por cosas que no entendemos?
Todos nosotros en cierto punto pasamos por un momento difícil, una enfermedad, ahora una pandemia, un divorcio, una pérdida, un hijo que rompe nuestro corazón, amigas que no son como esperamos. Es fácil desanimarse, renunciar a nuestros sueños y pensar que es el fin. Algo que no debemos olvidar es que Dios siempre tiene un plan.
Myles Munroe nos decía que nosotros somos como las semillas, plantadas en la tierra en los lugares oscuros, para que el potencial del interior cobre vida. Así como las semillas somos nosotros con sueños, metas, talentos, potencial que solo cobrarán vida cuando estén en un lugar oscuro.
Las semillas de fe siempre están dentro de nosotros, en ciertas ocasiones es necesaria una crisis para nutrir y estimular su crecimiento.
Jesús dijo en Juan 16:33 “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo”
La paz sólo la encontramos en Dios.
Las crisis son experiencias sin previo aviso para enfrentar, circunstancias que nos toman por sorpresa y causan preocupación.
Jesús dijo que tendríamos aflicciones y estas producen respuestas emocionales:
Temor, desesperación, frustración, depresión, ansiedad, soledad, desesperanza, preocupación, sentimientos de abandono, de pérdida y urgencia por sobrevivir.
Esas aflicciones, esa crisis aunque no lo creas te fortalece.
El carácter no se forja en los momentos de crisis… solo se demuestra.
Son los momentos de crisis los que han hecho de nosotros quienes somos hoy. Me gustan los buenos tiempos, me gusta que todo me salga bien, pero no fueron los buenos tiempos lo que sacaron lo mejor de mi. Fueron las noches solitarias, los tiempos en los que pensé que nunca lo lograría, los momentos donde no veía la luz, fue allí donde aprendí a orar, cuando no tenia nadie más con quien hablar, desarrollé una confianza inamovible en Dios, mi fe creció, pero también fue probada.
Salmo 23: El Señor es mi pastor; nada me falta. En campos de verdes pastos me hace descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas […] Aunque. Deba yo pasar por el valle más sombrio, no temo sufrir daño alguno. De hecho, estaba diciendo : El mismo Dios que me lleva a pastos verdes, el mismo Dios que me lleva a aguas tranquilas, es el mismo Dios que me guía a través del valle más sombrío.
Todos podemos confiar en Dios cuando estamos descansando en los pastos verdes, y podemos confiar en Él cuando estamos junto a las aguas tranquilas; eso es fácil. Pero Dios te está pidiendo que confies en Él cuando estás atravesando por el valle sombrío.
Un signo de admiración es simplemente un signo de interrogación enderezado. Si tu quieres que Dios convierta tus signos de interrogación, lo que no entiendes, en signos de admiración, tienes que confiar en Dios en medio de la crisis. Mantén la fe, tu signo de admiración ya viene.
Un mal momento no puede detenerte
Un virus no puede detenerte
La injusticia no puede detenerte
Dios tiene la última palabra.
Pasa por este tiempo con una buena actitud, veremos la bondad de Dios.
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