“Y volverán llenos de esperanza a esas ciudades que parecen fortalezas. Si hasta ahora han sufrido, yo me comprometo en este día a hacerlos dos veces más felices.” Zacarías 9:12 TLA
Algunos dicen que la esperanza es lo último que se pierde pero ¿qué sucede con nosotros cuando nos ha pasado de todo y no queremos seguir creyendo? Dios dice que volveremos llenos de esperanza. No al 30%, tampoco al 50%, sino 100% esperanzados.
Que te cautive nuevamente la esperanza, enciérrate en su prisión, enamórate de las promesas de Dios porque después de todo lo sufrido, después de toda la lluvia viene el arco iris, viene una recompensa. Y lo mejor de todo es que Dios nos dice que seremos dos veces más felices. Nosotros veremos la bondad de Dios en esta tierra y todo lo que nos fue robado será restituido al doble.
Romanos 4:18 TLA “Cuando Dios le prometió a Abraham que tendría muchísimos descendientes, esto parecía imposible. Sin embargo, por su esperanza y confianza en Dios, Abraham llegó a ser el antepasado de gente de muchos países que también confían en Dios.”
La esperanza de Abraham se fortaleció porque constantemente escuchó a Dios decirle: “Vas a ser padre de muchos”. Hay una esperanza con tu nombre, así que fortalécete con esa promesa y medítala a diario. No escuches palabras negativas, ni personas negativas, ni más noticias negativas ya que eso va a minar tu esperanza, va a socavar tu confianza y hará que te amargues por dentro.
Tenemos que sintonizar nuestros oídos con la estación llamada de esperanza del cielo, escuchar música con esperanza, repetir palabras de esperanza, tener amigos que hablen en términos de esperanza.
Proverbios 13:12 TLA “¡Qué tristeza da que los deseos no se cumplan! ¡Y cómo nos llena de alegría ver cumplidos nuestros deseos!”
Estamos viviendo un tiempo donde muchas personas producto de la crisis económica, política y social que vive el mundo en general, están perdiendo la esperanza.
La esperanza es el oxígeno de nuestra alma y el combustible de nuestro corazón. Una persona sin esperanza no llegará lejos en la vida.
La falta de esperanza afecta toda nuestra vida, afecta cómo vemos el pasado, cómo enfrentamos el presente y cómo nos proyectamos al futuro. La falta de esperanza produce desanimo, frustración, desesperación y por último depresión.
Oseas 2:15a TLA “Le devolveré sus viñas, y convertiré su desgracia en gran bendición.”
Dios le habla a Israel en un momento muy difícil y le dice iba a convertir su desgracia en bendición, eso es una puerta de esperanza. Dios puede abrir una puerta de esperanza aún en medio de una desgracia. No importa cuán difícil sea tu situación o cuán grave sea tu problema, Dios puede abrir en medio de esa circunstancia, en medio de esa adversidad… Una puerta llamada esperanza.
Él puede convertir el lugar de tu problema en el lugar de tu bendición. Él puede convertir el lugar de tu prueba, en el lugar de tu promoción. Porque no hay nada imposible para Dios.
¿Cómo nos llenamos de esperanza?
Re-enfócate en Dios
Las personas pierden la esperanza porque ponen su mirada en las circunstancias, los problemas o las adversidades. Debemos cambiar nuestro enfoque y en vez de centrar la mirada en la adversidad y los problemas. Es decir, debemos centrar nuestra mirada en Dios. Muchas personas han puesto su esperanza en un trabajo, otros ponen su esperanza en un novio o en un matrimonio, en un candidato o en un presidente. Pero si tú quieres vivir con esperanza, la fuente de esa esperanza debe ser Dios.
Rodéate de gente de esperanza
Muchas personas cuando pasan por momentos difíciles se aíslan y piensan que la soledad los va a ayudar, la verdad es que, en momentos de desánimo y depresión, la soledad es lo único que te va a terminar por arruinar. Por ello, lo que debemos rodearnos de esperanza.
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Excelente palabras me haz llenado mis nuevas esperanzas… gracias me ha ayudado bastante