“Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!” Salmos 27:1 TLA
Esperar es una virtud que muchas veces no es cultivada en el tiempo que vivimos. Vivimos en el tiempo de la comida rápida, de acceder a información en segundos, y de poder ir a otros continentes en pocas horas. En este momento que estamos enfrentado, la humanidad ha sido llamada a esperar. Providencialmente el mundo se ha detenido y todos nuestros planes, metas y sueños se han detenido instantáneamente. En estos momentos somos llamados a poner en práctica nuestras creencias, a verdaderamente tener una absoluta confianza en Dios y aprender a esperar en Él, porque sabemos que Él es bueno.
Este salmo nos debe ayudar tanto a prepararnos para el tiempo difícil, como para sostenernos en el tiempo difícil, ya que comparte verdades sobre quién es Dios y que su cercanía en estos tiempos devastadores.
David quien escribió este salmo reconoce que el único que lo puede salvar es Dios, le dice “tú eres luz y mi salvación”. ¿en quién depositas tu confianza? Algunos confiaban en sus licenciaturas, maestrias, diplomados y mil estudios pero ahora están en sus casas encerrados con todos esos títulos. Mientras que el recolector de basura, el agricultor, la cajera del supermercado, el vigilante, todos siguen siendo indispensables y esenciales menos ellos. Tremenda lección de humildad para aquellos que no caminan; sino que flotan. Para que nadie se atreva a mirar a otro y desestimar su función.
Luego continúa diciéndole “tú proteges mi vida, nadie me infunde temor” El temor es uno de los mayores problemas al que todos debemos enfrentarnos si queremos vivir verdaderamente la vida a su máxima plenitud.
Cuando evitamos realizar cambios o enfrentar problemas en nuestras vidas debido al temor, necesitamos recordar que Dios ha prometido ir delante de nosotros y sacarnos victoriosos.
Salmos 34:4 dice “Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía!”
A lo largo de la Biblia se nos enseña que no tengamos temor. Valentía no es la ausencia de temor; es temor que ha hecho sus oraciones y ha decidido seguir adelante de todos modos. Cuando enfrentamos nuestros temores con fe en Dios, podremos seguir sintiendo los efectos de esos temores, pero no pueden detenernos. El temor finalmente debe agachar su cabeza ante la valentía; no tiene ninguna otra opción.
Dios protege tu vida, no temas. No es importante quien esta en tu contra, cuando Dios esta a tu favor. Deja que la Palabra de Dios, sus principios y valores, sean el fundamento de tu vida.
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