Salmo 40:1-3 TLA “Toda mi esperanza la tengo puesta en Dios, pues aceptó atender mis ruegos. Mi vida corría peligro, y él me libró de la muerte; me puso sobre una roca, me puso en lugar seguro. Me enseñó un nuevo himno para cantarle alabanzas. Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos y confiaron en mi Dios.”
Clare Booth Luce dijo: no hay situaciones sin esperanza, sino hombres que han perdido la esperanza ante la situación.
Y es que no es fácil esperar por la ayuda de Dios, y David entendió en este Salmos 4 cosas que hizo Dios por él:
1) Aceptó sus ruegos.
2) Lo libró de la muerte.
3) Lo puso en un lugar seguro.
4) Le enseñó una nueva canción.
Cuando estamos en lo más profundo de la prueba, pensamos que no habrá salida, que nada sirve la espera, pero hoy leí que Dios crea candados con llaves, eso quiere que decir que si hay un problema también habrá una solución para ese problema.
La fe es fuerza de una vida plena. Creo que la razón principal de la infelicidad en el mundo de hoy es la falta de fe. La Biblia nos desafía a caminar por fe, no por vista. Si David se quedaba solo en lo que veía estaría ahogado en ese pozo de la desesperación, y no hubiera visto todo lo que Dios hizo por él. La fe mueve montañas o construye túneles a través de ellas.
v.11-12 “Y tú, Dios mío, no me dejes sin tus cuidados; por tu gran fidelidad, nunca dejes de protegerme. Son tantas mis maldades que no las puedo contar; me dominan, me tienen acorralado, ya no puedo ver, ya no me quedan fuerzas.”
Cada día tenemos muchas oportunidades de quedar molestos, frustrados y ofendidos. Quizá los planes para el día no salieron bien, alguien te trató mal, o un trabajo que debería ocupar una hora ocupó 4 horas. La vida está llena de inconvenientes. Siempre habrá interrupciones y personas difíciles. No podemos controlar todas nuestras circunstancias, pero podemos controlar nuestras reacciones. He oído decir que la vida es un diez por ciento de lo que uno le sucede y un noventa por ciento de cómo se responde a ello. Afronta cada día de modo positivo, con esperanza y esperando el favor de Dios; pero al mismo tiempo sé realista, sabiendo que la mayoría de los días no saldrán exactamente como tú las planeabas. Si estás estresado porque no has seguido tu horario, frustrado porque alguien te ofendió o molesto porque no les gustó el desayuno que preparaste, que eso no te haga renunciar.
Jesús lo expresó de este modo en Juan 14:27 TLA “Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar.”
Esta es una decisión que tenemos que tomar. Si entendemos lo que Jesús dijo en efecto es: “las cosas que te molestan en este momento no tienen por qué molestarte” Las personas que te ofenden, no tienen por qué molestarte. Si haces algunos ajustes y cambias tu enfoque de la vida, puedes ser feliz a pesar de esas circunstancias.
Hoy te estoy pidiendo que dejes de permitir que personas negativas, desengaños e inconvenientes te roben la paz.
Si vas a cerrar una cuenta que sea la de mensajes negativos, tu mantén tu esperanza. Fácil es darse por vencido. Debemos vivir llenos de expectativa, aunque no veamos qué está haciendo Dios, así como leímos en el Salmo, Dios hace cosas tras bambalinas. ¡No dejemos de creer en que va a ocurrirnos algo bueno!
Me encanta Zacarías 9:12 que dice que debemos ser prisioneros de esperanza, y es que cuando uno es prisionero de algo es como si estuviera encadenado a eso. No se puede zafar. Conozco personas que son prisioneras del miedo, prisioneras de la preocupación, prisioneras de la duda. Las he oído. “Nunca me sucede nada bueno” “Nada ha cambiado” “Pasa el tiempo y nada”. Están encadenadas a la desesperación y al desánimo. Hay que romper con esas cadenas, hay que convertirnos en prisioneros de esperanza.
No importa cuánto tiempo tome, no importa qué tan imposible parezca, tu actitud deberá ser: “No lo puedo evitar. Sé que todo saldrá bien. Sé que lo superaré. Puede que demore mucho tiempo, pero sé que esto significa que me estoy acercando a mi destino”
Te esperan las recompensas si sabes mantener tu fe. No permitas que quienes dudan arruinen tu espíritu optimista. Si alguien te dice, “¿Qué pasa contigo? ¿Qué te hace creer que todo saldrá bien? ¿realmente crees que vas a tener éxito?. Limítate a responder a quienes dudan: “No creo que vaya a suceder. ¡Sé que va a suceder! Soy un prisionero de esperanza.
La esperanza alimenta mi fe y eleva mi espíritu.
Leave A Reply